La portavoz socialista y primera teniente de alcalde, Sandra Gómez, fijó ayer en rueda de prensa la postura de su grupo en relación al PAI de Benimaclet, que el alcalde, Joan Ribó, de Compromís, cuestionó la semana pasada por la, a su juicio, excesiva edificabilidad.

Gómez advirtió a sus socios de gobierno de Compromís de que la reducción de edificabilidad que demanda la plataforma Cuidem Benimaclet tendrá un elevado precio para la ciudad. Se perderán, dijo 137 viviendas públicas y sociales de las 534 que hay previstas en este desarrollo urbanístico, ubicado entre la Ronda Norte y la huerta de Alboraia, que promueve Metrovacesa.

Además del coste en pérdida de vivienda pública y dotaciones si se recorta la edificabilidad en Benimaclet, la portavoz socialista llamó la atención sobre la inseguridad jurídica que genera entre los inversores la paralización de los planes urbanísticos en la ciudad por las diferencias entre los socios del gobierno tripartito, formado por Compromís, PSPV y València en Comú.

«Al final nadie va a querer venir a invertir aquí». «Si trasladamos dudas, generamos miedo y esa es la forma de que vuelva la derecha», recalcó la portavoz socialista, quien insistió en que el compromiso del Govern de la Nau es que la ciudad no consuma más huerta y que crezca de manera sostenible, en los barrios ya consolidados, pero sin frenar el progreso porque si trasladamos la idea de que en València es difícil invertir generaremos parálisis».

«Nadie querrá venir a invertir»

Compromís no es el único de los socios del tripartito que gobierna el Ayuntamiento de València que ha cuestionado la gestión urbanística de los socialistas. València en Comú y su portavoz, María Oliver, han dejado ver sus diferencias en cuestiones como los bloques portuarios del Cabanyal y el PAI del Grao. «Hay un grupo que siempre quiere marcar la diferencia», apuntó Gómez en alusión a En Comú. «Es más importante gestionar que criticar», apostilló.

El PAI de Benimaclet, donde Metrovacesa prevé construir 1.350 viviendas (un 30% de VPP y un 10% sociales), concentra parte de la edificabilidad en varias torres ubicadas en las esquinas, es uno de los pocos sectores urbanizables previstos en el PGOU de 1989 aún por desarrollar.

Este plan ha estado bloqueado durante años y albergó uno de los primeros espacios de huertos urbanos de gestión vecinal de la ciudad. Gómez recordó al respecto que el PAI de Benimaclet no es un sector de huerta, ni siquiera el Plan de Acción Territorial de la Huerta, que acaba de aprobar el Consell, lo recoge como huerta a revertir.

«Es inasumible reclasificar ese suelo», afirmó Sandra Gómez, quien recuerda que habría que pagar indemnizaciones millonarias a los promotores. Además, destacó que la ciudad y el barrio de Benimaclet «no se pueden permitir» la pérdida de viviendas públicas y dotaciones que supondría la pérdida de edificabilidad.

Sandra Gómez pidió ayer lealtad y responsabilidad a sus socios de gobierno y les instó a debatir las diferencias internamente y no en los medios de comunicación.