El alcalde de València, Joan Ribó, y el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, se reunieron ayer con representantes de las asociaciones de taxistas en un primer encuentro en el que se estableció la idoneidad de crear un grupo de trabajo conjunto para tratar los asuntos que preocupan al sector, entre ellos, y de forma prioritaria, la competencia que suponen los vehículos de transporte concertado o VTC.

Ribó matizó que «pese a las pocas competencias que tenemos», hay aspectos que se pueden mejorar para «ayudarlos en su trabajo y en su lucha contra estas empresas». El primer edil quiso dejar muy claro que «los taxis son un transporte público y las otras empresas no lo son. Queremos diferencias claramente ese punto».

Él explicó que al no ser los VTC transporte público, «no pueden usar el carril bus-taxi. Tiene que quedar muy claro ese tema», explicaba. Y añadía que hay otros aspectos como el estacionamiento y otras cuestiones en las que se puede trabajar, y todo ello se irá hablando en la mesa de trabajo.

Medidas anticontaminación

El alcalde habló de varios supuestos y se centró en el de la contaminación ambiental. En este sentido, explicó que «ante una situación de restricción a ciertas zonas por cuestiones medioambientales, los VTC, al no ser transporte público «tendrían la misma consideración que un coche normal. Si no tienen la característica de híbridos o eléctricos no podrían entrar si decretáramos lo que ya está previsto que se pueda decretar en algún momento», refiriéndose a estas exclusiones de tráfico en momentos concretos en los que se incrementen los niveles de contaminación ambiental.

Ribó también hizo una llamada a la Generalitat Valenciana: «Si plantea que hemos de asumir las competencias, se tiene que tener en cuenta que estas, como todas, necesitan una asignación presupuestaria, no se pueden asumir así alegremente. Lo que no vamos a hacer es asumir competencias sin los recursos necesarios para afrontarlas», avisaba.