Hay pocas ocasiones en que tanto el gobierno local, como la oposición e incluso los vecinos de la ciudad coincidan, casi plenamente, en una cuestión, pero esto es lo que ocurre en lo que se refiere a la estación de autobuses de València. De este modo, y ante el anuncio de conselleria, publicado por Levante-EMV, de que instará a la concesionaria, Alsa, a establecer un plan de mejora de unas instalaciones que tienen ya casi 50 años, tanto Joan Ribó, como la presidenta de la Federación de Vecinos, María José Broseta, como el portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, coincidían ayer en que, efectivamente, esta remodelación es necesaria y urgente para la ciudad.

En este sentido, el alcade argumentaba que «la Estación de Autobuses merece una dignidad que haga que la ciudadanía de València tenga una infraestructura adecuada a sus necesidades, y que los viajeros que llegan a nuestra ciudad tengan una primera imagen acorde con una urbe moderna y atractiva». Él agregaba que «València exige una estación de autobuses que permita la recepción cómoda y efectiva de los pasajeros, dotada con los recursos que precisa una ciudad como València, tercera capital de España, y con una dinamización de los espacios públicos y comerciales que hagan de la propia estación un lugar atractivo».

«Genera mala imagen»

Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, también pedía mejoras, aunque en su caso aludía tanto al primer edil como a la propia conselleria: «Instamos a Ribó, una vez más, ya lo hicimos en el Debate de Estado de la Ciudad, a trabajar de la mano de Conselleria para impulsar la actualización de la estación de autobuses de València». Algo que, avanza que pedirán en la próxima comisión de Urbanismo.

«Es una necesidad modernizarla, pues no hay más que ver su estado actual de degradación». Ellos añadían que a esto hay que añadir que en los últimos diez años el deterioro «se ha producido en paralelo a la degeneración de su entorno, algo que ha afectado muy negativamente a la calidad de vida de los vecinos de Campanar, Tendetes y Marxalenes». Por otra parte, como el alcalde, y los propios vecinos, reconoce que «a todo lo dicho se suma la mala imagen que se lleva de València el viajero que llega a la estación de autobuses. No es de recibo que una ciudad que aspira a estar a la cabeza del turismo en España y Europa y que debe estar posicionada a nivel mundial como ciudad moderna, sostenible y polo de inversiones tenga esta Estación de Autobuses».

Sobre cómo llevar a cabo la renovación Giner asevera que «es necesario que los vecinos opinen y expresen sus preferencias en el contexto de un proceso participativo, sin renunciar posteriormente a la fórmula de los concursos de ideas para dar forma definitiva al proyecto y proceso de actualización».

«Mejores comunicaciones»

Mientras tanto, la presidenta de la Federación Vecinal, María José Broseta indicaba que «ya se merece una remodelación, está totalmente obsoleta, pero aparte una buena conexión. Tiene que ser un edificio mucho más moderno. Pero también tiene que tener unas buenas conexiones de autobuses urbanos porque vienen personas de muchos pueblos, así como gente de otras ciudades y países y ahora es un poco difícil llegar al centro desde allí».