La apertura del Parc Central, el nuevo pulmón verde de la ciudad, ha desplazado la atención hacia él, pero justo enfrente de él hay otro parque, el Manuel Granero, que reclama desde años una remodelación integral que no acaba de llegar, a pesar de que ya hay aprobado un proyecto para ejecutarla. No obstante, y como reclaman los propios vecinos, lo único que permanece allí es el cartel de las obras, lleno de pintadas, por cierto, así como elementos sin uso y hasta peligrosos como la fuente ornamental o la zona para perros que no está acotada.

Los vecinos que usan a diario este parque para pasear, jugar con sus hijos o sacar a sus mascotan temen que, de nuevo, esta instalación se quede en el cajón y tengan que seguir esperando para ver realidad sus reivindicaciones. Así lo comunica, por ejemplo, un nutrido grupo de vecinos mientras toman el aperitivo en uno de los bares pegados al parque: «El parque está en unas condiciones pésimas. Hay poca luz, pulgas, polvo y la zona de animales no está cerrada. Además, la fuente es un auténtico desastre y con las tuberías oxidadas», lamentan mientras se preguntan «el famoso proyecto, qué ha pasado con él».

Motivos no les faltan para desconfiar, pues ya en 2008 tuvieron que movilizarse para evitar que el entonces gobierno del PP cerrara el parque para construir un aparcamiento subterráneo, lo que hubiera obligado a trasladar 154 árboles de gran porte. «Hubiera sido una barbaridad», alertan los mismos vecinos.

A inicios de este año el Govern de la Nau anunció una remodelación integral que había pasado antes por un proceso participativo y cuyo importe de licitación ascendía a 600.000 euros. Se comprometieron a llevarlo a cabo en la presente legislatura, pero, de momento, no se han dado más avances, lo que, viendo los antecedentes, sigue generando dudas: «El parque está abandonado. Hace unos años se hizo algo, pero vuelve a estar mal. Es un lugar emblemático de Russafa y no se puede dejar perder», alerta María, vecina de la zona quien casi se cae, hablando con este periódico, al pasar por un tramo del parque donde las raíces de los árboles han levantado el pavimento.

Ella propone, precisamente, quitar la fuente, algo que está previsto en el anunciado proyecto, así como la mejora de la zona infantil. En la misma línea se expresa Luisa quien asegura que este parque le gusta mucho, sobre todo en verano, pero «es un poco sucio y da impresión de dejadez». Ella avisa de otro problema relacionado con los perros: «al no estar la zona acotada es peligroso. De hecho una vez se escapó uno y le mordió la chaqueta a mi nieta pequeña», lamenta.