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Reportaje

El salón y la chimenea del Senado que 'heredó' el Ateneo Mercantil

El Salón Gótico fue la dependencia más importante, con abundantes detalles decorativos. Fue salón-café, pero también acogió bailes de máscaras, conferencias, exposiciones, actuaciones y recepciones oficiales

El salón y la chimenea del Senado que 'heredó' el Ateneo Mercantil

Uno de los cafés más espectaculares y bonitos de todos los tiempos en València fue el denominado Salón Gótico del Ateneo Mercantil, construido para el Circulo Valenciano, pasando al Ateneo en 1908 cuando se fusionaron ambas sociedades. Aunque tan solo estuvo en pie 34 años, fue un referente de la ciudad. Al iniciarse en 1869 el expediente para la apertura de la calle de Moratín hasta la calle de las Barcas, supuso la expropiación de parte del edificio primitivo, que obligó a reconfigurar su interior y a construir una nueva fachada a la calle ampliada, que se ajustara a las líneas vigentes establecidas por el Ayuntamiento

La nueva fachada a la calle de Moratín fue encargada al arquitecto Joaquín María Arnau Miramón, que la llevó a cabo en tres fases. El 10 de diciembre de 1896 se presentó ante el Ayuntamiento el primer proyecto para el alzado de dos plantas en estilo neogótico, con cinco grandes ventanales ojivales y dos torres almenadas. En una segunda fase, con idéntico programa estructural, se solicitó licencia de construcción el 7 de enero de 1898 hacia el lado oeste, hasta completar el conjunto con otros cinco ventanales y una nueva torre. La ejecución hasta la confluencia con la calle Barcelonina se finalizó con un alzado de distinta composición a los dos anteriores, y una solicitud de licencia de 10 de junio de 1898, que vino a completar en su totalidad la fachada posterior del edificio del Círculo Valenciano; en esta ocasión utiliza arcos apuntados y conopiales con alfiles rematados por florones y cubrepersianas decoradas con tracerías.

El resultado final de la obra, fue una espectacular fachada de 63 metros a la calle de Moratín, completándose con los 13 metros que daban a la calle de Barcelonina, quedando reflejada en toda su extensión la idea que el arquitecto tenía sobre la fachada como un hecho urbano de primera entidad. Los estudios existentes de Arnau, tan solo habían reflejado un tercio de toda la estructura, que hoy podemos apreciar en su totalidad como demuestra el resultado del estudio.

El resultado de la expropiación y por consiguiente de la realización de la majestuosa fachada dieron lugar a una reestructuración de las dependencias interiores de la sociedad, con la construcción de un nuevo salón principal al que se le denominó Gótico por su estructura, y se estableció como dependencia central de la sociedad con unas dimensiones de 23.25 metros de largo, 11 de ancho y 14 de altura. En octubre de 1899 quedaba finalizada toda la obra nueva del edificio, en el que intervinieron importantes nombres del comercio de Valencia. La carpintería estuvo a cargo de los señores Chambó, que también colaboró en la talla con Puig y Martí, la pintura estuvo a cargo de Miguel Ferrándiz, la lampistería por el señor Izquierdo y la cristalería por Bruno Pérez. También en ese mismo mes se encendió el alumbrado eléctrico del salón por primera vez siendo un acto que atrajo numerosos socios y sus familiares.

El Salón Gótico fue la dependencia más importante de la obra nueva abundando los detalles decorativos propios de este estilo, se encontraba en la primera planta del edificio ya que hay que comentar que el Ateneo solo ocupaba el primer y segundo piso del edificio hasta 1925 cuando se compra el edificio; la considerable altura de su techo abovedado sin pilastras, junto a los majestuosos ventanales de 8 metros de altura cerrados con vidrieras de colores, daban un resultado airoso, monumental y suntuoso a este salón. En cada extremo de la sala se encontraban dos puertas de estilo gótico flamígero que daban paso a otras dependencias de la sociedad, flanqueadas por sendos espejos y jardineras decorativas. Sobre una de estas puertas se colocó en 1901 contorneando una esfera de reloj, azulejería con motivos valencianos de la fábrica de cerámica «La Rosa» del Camino del Grao, propiedad de Zabala y Cabedo y presidiendo la zona más alta, el escudo de la ciudad. La incipiente llegada de la electricidad quedó de manifiesto con las artísticas lámparas que rodeaban las paredes del salón. Formando parte del resto de mobiliario, se situaron mesas de mármol blanco y sillas curvadas estilo Thonet distribuidas a lo largo de su planta.

Su principal uso fue el de salón-café, pero sus grandes dimensiones permitieron acoger bailes de máscaras, conferencias, exposiciones, actuaciones y recepciones oficiales organizadas por el Ateneo, el Ayuntamiento de Valencia y otras asociaciones y círculos de la capital. Por él desfilaron los artistas, políticos y hombres de pro más importantes de la sociedad de la época, tanto nacional como internacional, un pequeño ejemplo; el 23 de noviembre de 1900 actuó Francisco Tárrega, el 30 de octubre de 1902 el Ayuntamiento de la ciudad ofreció un banquete a los asistentes a la Asamblea Nacional de Ayuntamientos, el 16 de febrero de 1915 baile de mascaritas, el 31 de mayo de 1925 exposición artística de Genaro Palau, el 21 de febrero de 1928 baile con sorteos ofrecidos por La Pesca, el 27 de noviembre de 1931 conferencia sobre la reforma del código penal por Mariano Ruiz Funes, el 10 enero de 1932 conferencia sobre federalismo y nacionalismo por parte de Antonio Royo Villanova y el 2 de marzo de 1928 Miguel Maura hablando de los ideales de su padre.

Otra de las dependencias principales era el salón del Senado, era una sala pequeña junto al Salón del Tresillo, lo más destacable de esta estancia era su magnífica chimenea de mayólica colocada en 1901 y fabricada por «La Rosa», tenía más de 4 metros de altura diferenciadas en dos partes, la inferior donde voluptuosas figuras de mujer a cada lado de la chimenea y una cabeza de león en su centro eran las figuras relevantes y la superior, sobre la chimenea, donde un gran relieve enmarcado de un gran ángel seductor que susurra a una semidesnuda mujer, eran sus figuras principales, una chimenea muy sugerente para una estancia solo de hombres.

Todo tiene un final y en diciembre de 1934 finaliza el derribo del edificio y con ello cualquier vestigio de lo que fueron la fachada, salón y chimenea más espectaculares de València, por suerte guardamos las fotos de dos de ellos y a la espera de encontrar alguna foto de la fachada que sabemos se cruzará en nuestro camino tarde o temprano?

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