La ciudad de València tiene en la actualidad 41 asentamientos chabolistas oficialmente registrados, entre ellos el que se levanta de forma intermitente en el solar de la Avenida de Aragón pegado al estadio de Mestalla, una parcela en la que estaba el «nuevo» ayuntamiento y en la que ahora se construirá un hotel de lujo. La mayoría, no obstante, están en la periferia de la ciudad, sobre todo en los barrios de Quatre Carreres, San Marcelino, Campanar, Orriols, Benimaclet, Natzaret o la Malva-rosa, y sus ocupantes tienen perfiles muy variados, siendo habitual el de los temporeros o indigentes en los del centro y familias gitanas y, en menor medida, rumanas, en la periferia.

Son datos de la Concejalía de Inserción Sociolaboral del Ayuntamiento de València, que es la que se ocupa de la vivienda precaria con la ayuda de la Fundación Adanna. Sus responsables aseguran que desde los servicios municipales se apoya a todas las personas que están en esta situación, independientemente del perfil que presenten, aunque la realidad es que su labor se centra básicamente en las familias. Este año, de hecho, se ha atendido a 71 núcleos familiares en esos 41 asentamientos, siendo especialmente destacados los 22 de la entrada a las Escuelas de Malilla, los 6 del Camino Nuevo de Paterna o los 4 de Natzaret.

Visita urgente

Por lo que se refiere al solar de Mestalla, los servicios municipales aseguran que se hace un seguimiento continuo de los posibles residentes. En febrero se hizo una visita a este asentamiento y en octubre se realizó otra en la que no encontraron a nadie. Ha sido, por tanto, hace escasas semanas cuando se ha reactivado este minipoblado de chabolas y tiendas de campaña, que ayer mismo, tras la publicación en este periódico, volvió a ser visitado por los servicios municipales.

En ese momento no había nadie, dicen, pero desde la concejalía se asegura que para este colectivo de temporeros también hay atención oficial. Según explican, a todas las personas se les ofrece ayuda para resolver sus problemas documentales, información sobre higiene y relaciones vecinales, asesoramiento laboral y formativo y atención sanitaria. Y una vez conocida su situación se le ofrece una ayuda personalizada, incluidas posibles salidas habitacionales en los albergues municipales o los conveniados con otras entidades privadas.