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Reformas

Las operaciones lucrativas de los puertos de València, Palma y A Coruña se reinventan

La condonacion de la deuda de la Marina, que también pide la ciudad gallega, obligará replantear el plan de usos terciarios

Las operaciones lucrativas de los puertos de València, Palma y A Coruña se reinventan

Las ciudades que en los últimos años han ganado terreno a sus puertos comerciales como València, Palma y A Coruña están en pleno proceso de reformulación de estos espacios. De las grandes operaciones lucrativas para reconvertir muelles portuarios o zonas industriales en desuso en nuevos barrios residenciales, con zonas comerciales y hoteles se ha pasado a estrategias que apuestan por la innovación y por generar espacios de uso público bajo el prisma de la movilidad sostenible.

Así al menos lo explicaron los responsables de las concejalías de urbanismo y vivienda de los denominados gobiernos del cambio que se dieron cita recientemente en las jornadas Municilab de Barcelona, en las que participó la concejala de Vivienda del Ayuntamiento de València, María Oliver, quien apuntó que la condonación del crédito de la Copa del América (370 millones de euros) por parte del Gobierno obligará a reformular la estrategia y los fines lucrativos del Consorcio València 2007 al no existir ya la obligación de rentabilizar las obras de la Copa para devolver el crédito del ICO.

Mientras, Barcelona impulsa un nuevo Plan Litoral de la ciudad que evite la gentrificación y pérdida de identidad en este espacio, la masificación y congestión, y la falta de permeabilidad, así como a la desconexión entre las actividades que se desarrollan en el frente marítimo y los barrios del entorno.

Y en A Coruña el ayuntamiento intenta, sin éxito, que el Gobierno central también asuma la deuda generada por la construcción del puerto exterior de Punta Llagosteira tras aparcar la operación inmobiliaria prevista en los muelles portuarios en desuso con la que se tenía que financiar las obras del puerto exterior.

Conectar los dos parques

La concejala María Oliver, de València en Comú, explicó que el actual Govern de la Nau, formado por Compromís, PSPV y València en Comú, quiere conectar sus dos grandes parques (el Jardín del Turia y el Parque Natural de la Devesa) y pacificar el tráfico en el entorno de este último. Un plan en el que choca con el puerto de València, cuya evolución, dijo, «ha sido siempre traumática» para la ciudad.

Joan Riera, coordinador general de urbanismo del Ayuntamiento de Palma, explicó el caso de esta ciudad, cuyo puerto planteó crecer con un nuevo dique y pagarlo con el aprovechamiento lucrativo del muelle (de Mollet) más urbano, repitiendo el modelo de Maremagnum de Barcelona.

El de Palma es un puerto muy particular, muy próximo al centro histórico y con nulas posibilidades de crecimiento. El nuevo ayuntamiento ha negociado con la Autoridad Portuaria de Palma para reformular su plan de expansión y dar respuesta a sus necesidades, creciendo en todo caso sobre lo que ya hay.

El plan director del puerto de Palma planteaba hace unos años una amplia zona comercial y de ocio junto a un baluarte histórico. El plan del puerto colocaba las terminales de los ferrys en el muelle más próximo a la catedral, incluso se llegó a plantear construir un túnel por delante del edificio protegido.

Tras meses de negociación, el puerto ha renunciado a la ampliación reorganizando el espacio para los ferrys, los cruceros y la reparación náutica. Puertos del Estado ya ha validado el nuevo plan director del puerto, denominado Rambla del Mar, que generará un espacio abierto, con un museo marítimo y más espacios verdes y sin desplazar a los pescadores tradicionales, como estaba previsto al principio. Se han derribado algunos edificios para abrir la ciudad al mar y se ha puesto en marcha un proyecto de reurbanización del paseo marítimo para reducir el tráfico y aumentar el espacio verde y peatonal.

Menos resultados han dado los intentos del Ayuntamiento de A Coruña por reformular la operación urbanística vinculada a la construcción del puerto exterior de Punta Llagosteira (impulsado tras la catástrofe ecológica del Prestige). El puerto de Punta Llagosteria se presupuestó en 300 millones de euros pero la obra va ya por mil millones de euros.

En 2004 se decidió que la factura de ese puerto exterior la pagará la ciudad,con los aprovechamientos urbanísticos del puerto interior previa desafectación, reclasificación y venta de tres antiguos muelles portuarios, donde se podrían construir 4.000 viviendas.

El gobierno de la Marea Atlántica ha logrado parar ese proyecto e intenta que el gobierno socialista de Pedro Sánchez haga lo que no hizo el anterior del PP, esto es, asumir la deuda del puerto exterior como tiene previsto hacer en València.

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