El caso profesional de Maria José Catalá podría tildarse de inédito. Se trata de una alcaldesa de su pueblo natal, Torrent, cuya carrera profesional despega a nivel autonómico y nacional para acabar siendo propuesta para tomar la vara de mando de la capital de la Comunitat Valenciana.

El salto político de un municipio a otro de Catalá, confirmado ayer por Génova tras meses de elucubraciones, tiene un precedente. El socialista Manuel Civera fue alcalde de Alcublas, en los Serranos, durante dos legislaturas para acabar dirigiendo el Ayuntamiento de Llíria, en Camp de Turia.

La carambola es más compleja aún porque nació en Benaguasil pero se crió en Llíria, aunque se hizo con el mando de Alcublas. Los socialistas le reclamaron para gobernar la ciudad edetana y no se resistió. Es más, ganó al Partido Popular que gobernaba la capital comarcal desde 2003 por más de 800 votos.

Civera pasó de gobernar Alcublas, con apenas 900 habitantes, a gestionar una ciudad con 24.000 personas censadas. Algo así le sucedería a Catalá de conseguir la alcaldía, que se presume difícil y a través de pactos, porque pasaría de haber gobernado en Torrent, con 80.000 habitantes, a València con 790.000 personas.