Tras casi tres años de negociaciones, el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de València (APV) dio ayer, en una sesión extraordinaria, el visto bueno al plan especial de la zona Sur del Puerto de València en base al cual se ceden para uso ciudadano 230.000 m2 de suelo portuario en desuso para reurbanizar y dignificar la frontera del recinto industrial con Natzaret, el barrio más castigado por la expansión del puerto.

Una superficie equivalente a la del Parc Central, cuando esté completo, tal como destacó ayer el presidente de la APV, Aurelio Martínez, quien incidió en que con este acuerdo la ciudad gana «otro Parque Central».

En los terrenos cedidos a la ciudad se incluirá un gran parque de desembocadura de 86.296 metros cuadrados, que ocupará los terrenos de la antigua fábrica de Moyresa y donde el puerto se reserva 25.000 m2 de techo de uso terciario en los que podrá edificar cuatro edificios de entre cinco y siete alturas.

El puerto cede también 98.900 metros cuadrados para uso deportivo en los terrenos del antiguo balneario Benimar a los que optará en concesión el Levante Unión Deportiva, que tiene previsto construir allí su nueva ciudad deportiva.

El alcalde de València, Joan Ribó, y el presidente de la APV presentaron ayer el plan especial tras la celebración del consejo de administración.

Aurelio Martínez insistió en el esfuerzo que ha hecho el puerto con la cesión de este suelo industrial a la ciudad, una superficie superior a la del Jardín de Viveros (195.000 metros cuadrados). El plan especial, fruto del convenio puerto-ciudad de 2017 que sustituyó al de 1986 , deberá superar el periodo de información de los servicios municipales y de la Generalitat y una nueva fase de exposición pública.

La intención del puerto, no obstante, es sacar a competencia de proyectos en un plazo no superior a dos meses los terrenos de uso deportivo, por si existen otras ofertas alternativas a la del Levante UD.

El Parque de Desembocadura, que arrancará aguas abajo del Puente de Astilleros, permitirá urbanizar la marginal derecha del viejo cauce y conectar, en un futuro, el Jardín del Turia con el corredor verde de la Zona de Actividad Logística (ZAL) del puerto y el Parque Natural de la Devesa.

Ribó valoró el esfuerzo realizado por el puerto tanto por la cesión de suelo para zonas verdes y deportivas que permitirán amortiguar el impacto del recinto industrial como por retranquear los viales y la rotonda que cubre la desembocadura.

El parque, no obstante, no será una realidad inmediata. De hecho, el ayuntamiento admite que de momento no hay financiación para llevarlo a cabo, más allá de los 200.000 euros previstos para la urbanización provisional de una parte de los terrenos de Moyresa, cerrados hasta ahora por un muro, que empezará a abrirse progresivamente a partir del próximo lunes, cuando concluirán los trabajos de cerramiento de la nueva frontera del puerto.

El plan especial de Natzaret incluye un nuevo polideportivo junto al parque del antiguo balneario Mar Azul.

El alcalde valoró ayer el esfuerzo y la buena predisposición de los actuales responsables del puerto por ceder los suelos en desuso junto a Natzaret y apuntó que la negociación ha sido difícil. «Nos ha costado, ha sido duro», insistió. La ampliación sur del puerto fue «muy traumática», destacó el alcalde, quien manifestó que con el parque de Desembocadura se compensa «en parte» a Natzaret.

Una de las torres previstas en los suelos de uso terciario del parque de desembocadura se destinará, según avanzó ayer Aurelio Martínez, a uso dotacional y formativo. En concreto, está previsto que una de estas torres albergue un centro de Formación Profesional relacionado con las actividades portuarias.