Son muchos los que acuden al recién inaugurado Parc Central para disfrutar de una de las atracciones más comentadas por los más pequeños. Un interminable tobogán al que los asistentes no han tardado en sacarle pegas. Y es que el final de la atracción se corta en un ángulo recto. Carece de la típica curva que suaviza la caída, por lo que un fuerte golpe en el coxis al caer es inevitable. «Al no ser que vayas con cuidado y frenes conforme vas bajando», explicó a este diario David Nicolás, vecino de València que ayer acudía al parque con su hija Vera.

Entre alguna que otra cara de dolor y quejidos, los había que decidían no volver a dejar que sus hijos se tirasen por el nuevo tobogán de València. «Ya se ha hecho daño una vez al caer», indicó Conchi Castillo. «Si fuera por él se tiraría hasta romperse los huesos», reconoció entre risas, «los niños son de goma».

No obstante, las quejas por el mal funcionamiento del tobogán del Parc Central han dejado de ser anecdóticas para una vecina del barrio de La Raïosa. Tras tirarse por el tobogán para acompañar a sus dos hijos pequeños sintió un fuerte dolor que posteriormente se agravó y que le obligó a acudir al Hospital Doctor Peset. Las diferentes pruebas médicas le diagnosticaron una fractura de coxis.

«Me han mandado reposo y eso me ha obligado a no poder trabajar esta semana. Voy a presentar una queja aportando el informe médico en el Ayuntamiento, ya que no puede ser que una instalación hecha para uso familiar y recien estrenada tenga estas deficiencias -explica Silvia D. L-, solo es necesario ir un día y ver que muchos niños salen llorando».

Esta vecina cree que hay más personas en su situación «y por eso he decidido denunciarlo públicamente para a ver si se anima más gente a reclamar y el Ayuntamiento ponga una solución ya para disfrutar como toca del Parc Central».

Aunque no han tenido consecuencias médicas importantes, son muchos los que han usado este tobogán que también se quejan. Es el caso de S.A.G. que «sigo con dolor al sentarme aunque ya han pasado dos semanas desde que me tiré por el tobogán con mi hija pequeña, ya que es demasiado grande para que los niños de 3-4 años se tiren solos».

Otros como E. R. afirman que «de momento no voy a dejar que mis hijas se vuelvan a tirar por ese tobogán porque las dos salieron llorando. Es una pena, porque es algo que les atrajo desde el primer momento ya que un tobogán así no se encuentra en otros parques».