El Partido Popular de la Ciudad de València, convertido en un polvorín desde que el juez del caso Taula «imputó» a nueve de los diez concejales del grupo municipal por blanqueo de capitales, ha dado una respuesta dispar a la elección de María José Català como candidata a la alcaldía de València. El grupo municipal, con el único concejal no imputado , Eusebio Monzó, al frente, se ha puesto a disposición de la candidata para ofrecerle su experiencia en el hemiciclo del «cap i casal». Sin embargo, el presidente de la gestora que nombró el PP para reordenar el partido en València, Luis Santamaría, ha comunicado que no estará mañana, sábado, en el acto de proclamación de candidatos que presidirá Pablo Casado.

Santamaría, que en los últimos meses ha ejercido de candidato y no ha escondido su deseo de serlo, explicó a este diario que el fin de semana estará de viaje con su familia, a la que «se lo había prometido pensando que la decisión sería antes». No es una excusa, afirmó el también diputado, quien felicitó a Catalá por su nombramiento y se mostró dispuesto a trabajar a ahora en segunda línea. Muy al contrario, el grupo municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de València se puso ayer «a disposición» de la aspirante a la alcaldía, a la que también le ofreció «la experiencia» de los ediles. Los diez concejales comparecieron para «felicitar» a la candidata, y afirmaron que será «la próxima alcaldesa de València». El portavoz del grupo popular, Eusebio Monzó, único edil no investigado por la justicia y que tuvo opciones de ser el candidato a la alcaldía, reconoció que su nombre «estuvo encima de la mesa» y que hubiera sido «un orgullo» liderar su partido, pero dijo que por encima de la «aspiración personal está la del partido». «Estaré donde me digan y donde quieran», explicó Monzó.