De especie desaparecida en el Parc Natural de l'Albufera, a depredador de aves vulnerables. El erizo común (Erinaceus europeus), que hace tan solo quince años difícilmente podía encontrarse en la Devesa de El Saler, ha vuelto para quedarse. Se estima que hay unos noventa ejemplares en una superficie de unas cincuenta hectáreas. Un signo positivo de que la regeneración funciona en este enclave, aunque no lo es tanto su querencia por los huevos del chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), que nidifica en el cordón dunar, en lo que es de las zonas reproductoras más importantes de Europa. Un estudio de Simbiosi Espai Ambiental, encargado por la concejalía de Devesa Albufera, y desarrollado entre abril y junio de 2018, confirma «una reiterada predación» por parte del erizo en las colonias falseadas con huevos simulados de codorniz. El objetivo, ahora, es ahondar en esas primeras investigaciones y poder elaborar planes adecuados para la conservación de las aves.

Según el trabajo de campo, llevado a cabo por el investigador Héctor Gago, la reciente presencia del erizo europeo en un área como El Saler pone de manifiesto que los campos de golf suponen un entorno rico en recursos para esta especie insectívora, ya que le proporcionan alimento prácticamente todo el año. La escasez de depredadores en la zona favorece su tasa reproductiva y solo los atropellos en carretera frenan la multiplicación de las poblaciones cada año. Pese a disponer de sustento, el seguimiento de varios ejemplares macho - a través de dispositivos GPS-, ha podido constatar que en una misma noche pueden recorrer distancias de más de cuatro kilómetros, entrando en zonas de reproducción de aves «vulnerables». Uno de los erizos recorrió las crestas dunares en pocas horas llegando cerca del casal d'Esplai El Saler y doce horas después, cruzó la carretera en dos ocasiones para volver al campo de golf.

El proyecto «Estudio de la posible depredación del Erinaceus europeaus sobre colonias limícolas en la Devesa de El Saler» comprende un área delimitada del Parc Natural de l'Albufera, unas 60 hectáreas de las 800 que tiene. Es decir, solo el 8% del total. Las brigadas de la oficina técnica Devesa-Albufera del Ayuntamiento de València han podido censar las puestas y nacimientos de polluelos del charrancito (Sternual albifrons) y la canastera (Glareola pratincola), además del chorlitejo. El éxito de supervivencia ha sido muy bajo, tendiendo a desaparecer tanto los huevos como los pollos. Aunque de la predación directa no hay datos, sí existe la evidencia de movimientos del erizo en la zona de reproducción. Carles Gago, director de Simbiosi Espai Ambiental, explica que el siguiente objetivo «es determinar el estado poblacional del erizo en la primavera-verano de 2019 y colocar más nidos falsos, en número y extensión, para ser más precisos en cuanto a la posible magnitud del problema».