El Ayuntamiento de València pondrá en marcha en los próximos meses cinco nuevas estaciones de medición de la calidad del aire de la ciudad, lo que permitirá duplicar el número de puntos de control con los que cuenta en la actualidad.

La plataforma ciudadana València per l'Aire ha comprobado que en 2018 se superaron de nuevo los valores máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud de gases contaminantes (NO2). El colectivo realizó sus propias mediciones (asesorados por el CSIC), especialmente junto a entornos escolares y hospitalarios. Los datos recogidos durante cuatro campañas a lo largo del año demuestran que el promedio total de concentración dióxido de nitrógeno fue de 42,1 microgramos, por encima los 40 que marca la OMS.

Sin duda alguna el tráfico es el principal foco contaminante de la ciudad. Sin embargo, la red de medición oficial solo contaba hasta 2018 con solo seis puntos de control, la mayoría alejados de la fuente emisora de NO2. Por eso los datos que ofrecen indican que València no incumpliría los máximos valores legales establecidos. Fue el gobierno del PP el que desmanteló una amplia red de estaciones para reducirlas a seis.

Sin embargo, la voluntad del Govern de la Nau ha sido ampliar y mejorar las mediciones de la calidad del aire, aunque es ahora final de mandato cuando se anuncian las novedades. El año pasado se instaló una nueva estación de control en la plaza del Ayuntamiento, que ofrecerá datos de la contaminación en el corazón de la ciudad. Mediciones independientes de València per l'Aire ya han confirmado que es una de la zonas con mayor polución del «cap i casal».

La concejalía de Medio Ambiente, que dirige Pilar Soriano, recuerda que el compromiso de su gobierno es seguir ampliando esta pobre red de puntos de control. «València contaba con 16 estaciones que medían la calidad del aire de la ciudad, pero en 2005 el gobierno del PP reordenó completamente esta red para calibrar el nivel de polución, eliminó 10 de los 16 puntos de registro y reubicó el resto en zonas con poca afección del tráfico rodado. Los grupos ecologistas denunciamos aquella maniobra que, 13 años después, comienza a revertirse dado que la sensibilidad del Gobierno municipal actual ha cambiado totalmente en estos temas», explica.

Cabanyal, Patraix y l'Olivereta

Así en los próximos meses se ha previsto la instalación de cinco nuevas estaciones de medición, dos en el Cabanyal gracias a la financiación europea, dos en Patraix provenientes de los presupuestos participativos y otro más en l'Olivereta, también tras aprobarse en la consulta ciudadana.

En el Cabanyal-Canyamelar, el Servicio de Calidad y Análisis Medioambiental tiene encomendado la ejecución de uno de los proyectos previstos en la estrategia Edusi. Estos dos puntos permitirán la medición de contaminantes atmosféricos, con lo que se podrá contar con datos objetivos para la aplicación o no del protocolo anticontaminación aprobado por el Govern de la Nau.

Está prevista la instalación de dos estaciones completas en puntos del barrio con características urbanísticas diferentes, para conseguir una caracterización lo más representativa posible de la calidad del aire ambiente de la zona. El presupuesto total de 120.000 euros, aunque el plan de implantación se prolonga 4 años a contar desde la adjudicación, que ya está en trámite.

En Patraix los sensores serán de ruido (para controlar el tráfico aéreo) y de contaminación. Se ubicarán en el cruce de la avenida Tres Cruces con el Camí Nou de Picanya, y otra en la intersección de Pérez Galdós con la calle Cuenca. Además tendrán paneles informativos. En l'Olivereta el punto se ubicará en el cruce de la avenida del Cid con Tres Cruces, y habrá dos paneles informativos para los ciudadanos. Ambos proyectos cuestan 140.000 euros cada uno.