Algunas de las novedades más importantes del Plan Especial del Cabanyal tiene que ver con la movilidad, una cuestión que ha sido ampliamente debatida con la concejalía responsable de esta área, explicó Vicent Sarriá. Globalmente, el plan prevé una ampliación de aceras, arbolado y zonas verdes, de manera que se gane espacio para el peatón. Y como contrapartida, se ha previsto la construcción de cinco aparcamientos públicos en altura cuyos precios serán «asequibles», según el concejal.

Estos aparcamientos, que se harán aprovechando la edificabilidad existente y para sortear los problemas que habría con el nivel freático si fueran subterráneos, se financiarán, al igual que ocurrirá con otras construcciones, alojando también comercios y negocios relacionados con el sector terciario.

«Dado que València hace un esfuerzo para no crecer el extensión, tenemos que aprovechar cada metro cuadrado de la ciudad», dijo el concejal, que apostó por la colaboración público-privada para sacar adelante estos proyectos municipales «sin malgastar recursos».

Otra intervenció que tiene que ver con la movilidad es la conexión de la avenida Blasco Ibáñez con el Cabanyal. En la actualidad la avenida termina en la estación del tren, situada en el cruce con Serrería. Y el tráfico de esta última vía pasa por ambos lados de la estación, que queda aislada en el centro.

El nuevo plan propone hacer una zona verde que una la estación con el barrio del cabanyal por la parte este y construir una gran rotonda en la parte oeste para canalizar todo el tráfico. El objetivo es una nueva «pacificación» del tráfico en esta zona y tener una conexión más amable entre la gran avenida y el barrio.

Por último y solo como sugerencia de los autores del plan, Luis Casado y Gerardo Roger, se plantea una intensa modificación del Paseo Marítimo de València, que después de treinta años de vida ha quedado obsoleto tanto en materiales como en forma. Su propuesta es eliminar el muro y hacer una zona de dunas con los chiringuitos dentro.