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Una desigualdad latente

Las dos caras de València

Un estudio de la Agencia Tributaria, realizado por primera vez, refleja que las rentas más altas suben en los últimos años de forma más rápida de lo que lo hacen los salarios más modestos

Las dos caras de València

Residir en el mismo país, la misma ciudad o incluso en el mismo barrio no significa que los estilos de vida sean iguales, nisiquiera similares. En València, sin ir más lejos, la diferencia entre el barrio que registra la renta media disponible más alta, el Pla del Remei, y donde se da la más baja, Benimàmet, se sitúa en 46.567 euros. Esa es la distancia que hay entre los 67.261 que se gana de media en el entorno del mercado de Colón y los 20.694 euros que cobran, de media, los residentes en la pedanía de Benimàmet.

Pero estas cifras, puras y duras, y sacadas de la primera estadística de los declarantes del IRPF por código postal publicada por la Agencia Tributaria, cobran verdadero sentido cuando se baja a la calle y se habla con los protagonistas de estas realidades tan dispares. A grandes rasgos, en el Pla del Remei parecen tener una concepción bastante acertada de lo que se gana en su barrio e incluso de lo que se obtiene en los más pobres. Muchos, como Joaquín y Lola, dicen que la renta allí será sobre 60.000 0 70.000 euros cuando se les pregunta al respecto.

Mientras tanto, en Benimàmet, es frecuente escuchar un «uy», «madre mía» o «un «así ya se puede vivir ya», cuando conocen la cifra de la renta en la zona más rica. Entonces, los rostros reflejan una sensación que está entre la extrañeza y la sorpresa.

Una sorpresa que también es grande, pero en este caso para decir que «eso no puede ser», «es demasiado», «si aquí la mayoría somos mileurista o ni eso», cuando se les informa de que en su zona la renta media está en torno a los 20.000 euros. Así, Sergio explica que los trabajos que se consiguen «son temporales o por horas, no sentimos estabilidad». Mientras que José Melgares, el alcalde pedáneo, reconoce que el día que se cobran las pensiones «la caja de ahorros se llena» porque de ello dependen muchas familias.

En Colón encontramos a María José, quien argumenta que allí hay muchas familias con tradición de carreras liberales. Ella reconoce que «por desgracia, la pobreza se hereda y el bienestar también». Por su parte, Juan Antonio, dueño de un restaurante en la zona, afirma que «aquí mucha gente vive de rentas de sus padres o abuelos».

En lo que sí parecen coindicir unos y otros es que «aunque se ve cierta mejoría, la crisis sigue estando ahí y se continúa notando». Eso sí, «para unos más que para otros».

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