El gobierno tripartito rechazó ayer la petición de revertir los nuevos carriles bici de Regne de València y la avenida Burjassot que plantearon Ciudadanos y PP en la Comisión de Urbanismo, advirtiéndoles de que las propuestas bordeaban la ilegalidad y podrían incurrir en malversación de fondos públicos al haber obtenido dichas actuaciones subvenciones europeas. Así lo argumentó el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, de Compromís, quien también rebatió los argumentos sobre las trabas que los carriles bici que eliminan viales para el tráfico rodado, en algunos casos dejando un solo carril como en Regne de València, suponen para los vehículos de emergencia esgrimidas por la oposición. Grezzi adujo que el separador de la avenida Burjassot es franqueable para que los vehículos de emergencia puedan entrar si es necesario.

La reversión de los nuevos carriles bici, añadió, generaría, además, inseguridad jurídica porque las obras ya están adjudicadas. Grezzi insistió en «que el plan de movilidad (PMUS) aprobado por el anterior equipo de gobierno municipal ya contemplaba estas obras», de hecho «hablaba de 39 nuevos carriles bicis», añadió.

La Comisión de Urbanismo aprobó ayer el proyecto definitivo de la Ordenanza de Movilidad que se debatirá en el pleno del jueves y que regula los nuevos medios de transporte que han irrumpido en la ciudad, como los patinetes. La ordenanza ha recibido 136 enmiendas, de las cuales 53 han supuesto modificaciones en el proyecto inicial. Concretamente, 13 han sido aceptadas y reproducidas en su integridad, y 40 estimadas parcialmente.

La política de movilidad del tripartito, sin embargo, no es del agrado del Partido Popular, cuya candidata a la alcaldía, María José Català, responsabilizó ayer al PSPV de «los graves problemas de movilidad que están sufriendo el centro de la ciudad y el barrio de Benicalap».