Sumergirse en la Exposición del Ninot, que ayer abría sus puertas al público, es hacerlo en el corazón mismo de las fallas. La cuidada y extensa selección que cada una de las 372 fallas de la ciudad de València llevan a cabo cada año para exponer una parte de ellas mismas a mes y medio antes de la plantà siempre genera gran expectativa. Y la prueba es que, como indicaba ayer mismo el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, cada año se bate el récord de asistencia «y este año esperamos volverlo a conseguir».

Fuset, y también varios de los asistentes con los que habló este periódico destacaban, en primer lugar, el marco. El traslado llevado a cabo hace cuatro años desde la explanada exterior de Nuevo Centro al interior del Museo Príncipe Felipe, parece un gran acierto y hace que «se esté más a gusto y te den más ganas de explayarte viendo los ninots, porque antes era más pequeño y hasta caluroso», como comentaba Carlos Madrid, uno de los visitantes.

Al preguntarles por lo que más les llamaba la atención, los visitantes destacan aspectos como la crítica social o el realismo. Así lo hacían, por ejemplo, Daniel y Andrea, llegados de Valladolid y Logroño: «Es impresionante el realismo que se consigue con cartón, madera, pintura y poco más. También hay mucha crítica social, aunque a veces los temas de política local no los entendemos tanto», explicaban, para añadir otro aspecto muy común entre las personas que llega de otros lugares: «Pero es una pena que luego lo quemen». En la misma línea se expresaban Attila y Emy, originarios de Hungría, pero residentes en València, tanto es así que él está estudiando para llegar a ser artista fallero: «Venir aquí es una gran inspiración para mí. Nos han gustado mucho los ninots referentes a la crítica, la política, así como su creatividad», decían. Ellos argumentaban que cuando envían fotos de las fallas a Hungría no se pueden creer que luego se quemen: «Les cuesta entender el concepto de arte efímero, pero sí se les explica bien sí lo llegan a comprender».

Otra de las asistentes ponía en valor «la temática política, sobre todo la referente a la lucha de la mujer». Mientras que su compañero lamentaba que «ningún artista ha conseguido sacar bien la cara de Pedro Sánchez, aunque sí la del coletas».