El Ayuntamiento de València está habilitando durante el día de hoy el cambio de sentido en 240 metros de calle Cirilo Amorós, los que van desde Pizarro hasta Russafa. Si antes en este tramo (al igual que el resto de la calle) se circulaba en dirección al antiguo cauce, con la remodelación de la vía los vehículos invierten el sentido. La actuación reformula por completo la céntrica y comercial vía en dos manzanas, de tal manera que se ha apostado por bajar las motos de las aceras con numerosas plazas nuevas pintadas en el asfalto, se habilitan nuevas zonas de carga y descarga y el entorno del colegio público San Juan de Ribera se libera de vehículos estacionados, creando nuevos espacios peatonales a base de pintura y maceteros.

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Los trabajos han movilizado a un gran número de operarios para tener la calle lista en unas horas. Agentes de la Policía Local acompañan las operaciones e indican a los vehículos que vienen por Russafa que ya no pueden acceder a Cirilo Amorós por ese punto, sino utilizar bien la calle Pizarro si se circula por la Gran Vía, o bien la calle Hernán Cortés si se conduce por Colón o la zona de Sant Francesc a través de Roger de Lauria. Mobilitat Sostenible, la concejalía que ejecutó los trabajos, colocó carteles provisionales para advertir a los vehículos de la nueva configuración vial.

La actuación de la concejalía de Mobilitat Sostenible se hace coincidiendo con la construcción del tramo de carril bici conectará Regne de València con el Anell Ciclista a través de la calle Russafa, aunque el principal objetivo es facilitar el tránsito de las diez líneas de autobuses que pasan por esta vía. Hasta ahora, y debido a la presencia de dos aparcamientos públicos en el primer tramo de Cirilo Amorós, muchos coches para acceder a esta calle invadiendo el carril bus y era habitual encontrar colas que terminaban afectando a la velocidad comercial de los autobuses de la EMT. De hecho, se calcula que 3.000 coches usaban este acceso diariamente.