Uno de los problemas recurrentes en València, sobre todo cuando empiezan a subir las temperaturas, es el de los malos olores procedentes del alcantarillado, así como los animales como ratas o cucarachas que de ellos salen y campan a sus anchas por aceras y calles. Para tratar de solventarlo, el concejal del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, informó ayer que ya se han colocado un total de 2.000 clapetas antiolor en el alcantarillado de València.
Los objetivos son mejorar la evacuación de las aguas pluviales y evitar la salida de animales, como ratas y cucarachas, al suelo urbano. Un problema que se agrava a partir de la primavera.
«Uno de los principales problemas de la red de alcantarillado de València es que, al ser una ciudad llana, no se produce una correcta circulación del agua. Esto, acompañado de la presencia de sulfatos en su composición y de las altas temperaturas en verano, potencia la formación de gases, causantes del mal olor», reconocía ayer Vicent Sarrià.
Estos trabajos de sustitución comenzaron en 2016 en el distrito de Ciutat Vella, donde los imbornales estaban muy deteriorados, lo que favorecía la salida de gases a las calles. Debido a los buenos resultados obtenidos, se decidió hacer lo mismo en el resto de la ciudad.
Por último, gracias al nuevo diseño, su instalación es mucho más sencilla y rápida, lo que conlleva un abaratamiento del coste de cada unidad.
Este periódico ya ha publicado en diferentes ocasiones denuncias de vecinos de la ciudad quejándose de la presencia de ratas que, en algunos casos, se llegan a colar en las casas a través de las ramas de los árboles que no están podados adecuadamente.
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