La paisajista Katrhyn Gustafson visitó ayer el Parc Central por primera vez tras su inauguración en diciembre pasado para comprobar in situ, y cámara fotográfica en mano, el resultado final. Gustafson, acompañada por el alcalde, Joan Ribó, y el director de la Sociedad València Parc Central, Salvador Martínez Císcar, revisó el estado de las plantaciones, de las fuentes y de las zonas de juego. La paisajista norteamericana Recorrió el parque, cuyo diseño se adjudicó hace ocho años en un concurso de ideas, y se interesó sobre la parte que queda por ejecutar, pendiente del soterramiento de las vías del tren, una infraestructura que el alcalde volvió a señalar como «urgente».

Gustafson, que confió en poder completar el parque, no dudó en señalar deficiencias a los responsables políticos y de la sociedad, entre ellas, el tono «parduzco» de las praderas y de algunas plantas del parque, las baldosas sueltas en la zona de las fuentes y de los juegos infantiles y los daños ocasionados por los «skaters» o patinadores en los bancos de mármol.

Los responsables de la sociedad Parc Central justificaron el color ajado y amarillento del césped de bajo consumo por las bajas temperaturas que ha registrado la ciudad y el uso intensivo que ha registrado desde su apertura y apuntaron que en unas semanas reverdecerá. El alcalde apuntó que al parque «le faltan sombras porque los árboles no crecen a la velocidad que queremos» aunque en pocos días, dijo, habrá «una explosión de color». Este va a ser «un parque de gran belleza», remachó el alcalde. Gustafson matizó que las plantaciones todavía están «en su infancia» y pidió «paciencia» a los usuarios para poder ver el parque en todo su apogeo. Las plantas tienen que crecer, insistió la paisajista, «hay que cuidarlas» y «dar un rodeo para no pisar demasiado el césped», enfatizó Gustafson quien aseguró que el parque necesitará «cinco años para que las plantas crezcan».

La paisajista valoró el resultado final del jardín y dijo sentirse orgullosa del trabajo hecho por las empresas españolas y por su socios locales (Nova Ingeniería y Grupotec). Gustafson apuntó que en poco tiempo se podrán «descubrir los colores del parque, desde el valle romántico, todo de color rosa, a la rosaleda con plantas de distintas tonalidades». «El parque tiene diferentes espacios, para crear sensaciones distintas adaptadas a cada usuarios, desde los niños hasta los mayores». Gustafson destacó la biodiversidad del parque, que cuenta con una zona de huerta para fomentar la alimentación saludable y cuyos cultivos la paisajista animó a consumir.