Las recetas de la abuela siempre han sido las comidas más codiciadas por todos. De hecho la mayoría de los grandes chefs han reconocido que su pasión por la cocina les llega de las mujeres de la casa. Cuando hablamos de la alta cocina, sin embargo, se da la vuelta a la tortilla. Son los hombres los que copan las listas. De hecho de los 196 galardonados con alguna estrella Michelín en 2018, únicamente 18 eran restaurantes con una mujer al mando. Unos datos que suponen menos del 10 %.

Una desigualdad latente en un sector tradicionalmente feminizado y que ahora no deja un hueco a la maestría femenina. Con la realidad sobre la mesa y después de haber visto durante la celebración del festival culinario de 2018 cómo la mayoría de los participantes eran hombres, la dirección del evento quiso impulsar medidas para la integración en su tercera edición.

«Nos pusimos manos a la obra para intentar impulsar el talento femenino en el festival de 2019», reconoce la representante de Valencia Premium Ana Merelo, «pero la verdad es que todos los esfuerzos fueron en vano: solo hay dos cocineras de alta cocina en toda la ciudad de València». Una de ellas la ganadora del programa televisivo Top Chef, Begoña Rodrigo, al frente de La Salita. También Miriam de Andrés, propietaria de los restaurantes La Sucursal y Vertical, además de Coloniales Huerta. Ambas son participantes en el Valencia Culinary Festival que se celebra en la ciudad entre el 25 de febrero y el 10 de marzo y que fue presentado el pasado miércoles 13 de febrero en el Convent del Carme de València.

Según informaron en la presentación, este festival ha sido creado para que València «vibre al son de sus fogones» con cocina preparada a «cuatro manos» con una decena de chefs de la talla de Ricard Camarena, Manuel Alonso o Miguel Ángel Mayor. Sin embargo, la presencia de mujeres queda copada con Rodrigo y de Andrés, y con la ilustración del evento, representada con la imagen de una mujer con un postre en su cabeza, a modo de tocado.

Con el objetivo de hacer patente tantos años de desigualdad entre los fogones de la alta cocina, el festival incluye en su programa una tertulia por el Día de la Mujer, el próximo 8 de marzo. En ella se tratará, a partir de testimonios, cómo muchas de las cocineras valencianas renunciaron a la alta cocina por la competitividad que supone y, por ende, la incompatibilidad con la conciliación laboral y familiar. Otras tantas no tuvieron si quiera que renunciar a ello, fueron directamente excluidas de los mandos de la cocina.

Talleres para mujeres migrantes

Asimismo, el Convent del Carme en el que tuvo lugar la presentación del Valencia Culinary Festival acogerá el próximo 9 de marzo un showcooking con mujeres migrantes participantes en los talleres semanales de cocina. Estos, al igual que el showcooking han sido impulsados por el chef Miguel Ángel Mayor.

«Son mujeres con poco recursos, en su mayoría analfabetas que conocemos a través de los talleres que realizan con nosotros», reconoció Miguel Ángel Mayor. La mayoría, mujeres senegalesas con inquietudes por la cocina, mermadas por las dificultades de acceso a una educación digna.

«Con este showcooking lo que queremos es enseñárles a que sepan preparar sus platos tradicionales y presentarlos de la misma forma en la que se haría en cualquier restaurante, así como ayudarles a crear su propio libro de recetas» que, en un futuro no muy lejano, bien podrían vender en su país de origen o incluso entre las librerías valencianas.