Un viejo edificio situado en la calle Barcas, número 7, dio ayer el susto. Sobre las diez de la mañana un estruendo alertó a los vecinos de que algo pasaba. Se trataba de un derrumbamiento en la tercera planta, gran parte de la cual se desplomó de forma súbita sobre la segunda como consecuencia de las obras que se estaban haciendo en la planta baja. No hubo daños personales, pero sí materiales y un trastorno importante para los vecinos, que fueron desalojados y en el mejor de los casos no volverán a sus casas hasta mediados de la semana que viene. Tampoco será fácil para los dueños de las plantas afectadas, que eran un hostal, pues según fuentes municipales, habían pedido una licencia para la rehabilitación de sus instalaciones hace apenas un mes y todavía no se la habían concedido. Es decir, no tenían permiso para obrar.

El edificio en cuestión tiene doce puertas y un bar que dan a la calle Barcas; y una papelería (planta baja) más un entresuelo y tres pisos que dan a la calle Trànsits, que son utilizados como hostal. Pues bien, las obras se estaban haciendo en la planta baja y como consecuencia de las mismas se vinieron abajo una columna y una viga que terminaron por hacer ceder el tercer piso sobre el segundo. Afortunadamente, la cosa quedó ahí y no se produjeron daños personales. No hubo ni heridos ni víctimas, extremo que se encargaron de confirmar los perros del servicio canino del cuerpo de bomberos, que acudieron inmediatamente al lugar junto a una unidad del Samu y dos ambulancias.

Pero el susto y el trastorno es importante, ya que hubo que desalojar todas las viviendas y los negocios de las plantas bajas. Ahora los bomberos tendrán que hacer un estudio de la estructura del edificio, apuntalar las zonas dañadas y solo entonces autorizar la vuelta de los residentes. Se calcula que los vecinos de las viviendas impares del edificio afectado recayente a la calle Barcas podrán volver a sus casas a mitad de la semana que viene, pero los de los números pares «se retrasarán por lo menos una semana más». La papelería que recae a la calle Tránsits también podrá volver a la actividad la semana que viene.

Entre tanto, la policía y los bomberos han abierto una investigación sobre las circunstancias del derrumbamiento. Por lo pronto, fuentes municipales aseguran que las obras que originaron el incidente no tienen licencia. Al parecer, la solicitaron el pasado 14 de enero y todavía no tenían el permiso, por lo que en este momento no tenían cobertura legal.

Cabe la posibilidad, no obstante, de que no fueran obras como tal y se tratara de unas simples catas, extremo que determinarán los investigadores.

Para lo que si tenía permiso, pues basta con una simple comunicación, era para colocar un contenedor en la calle donde arrojar escombros y enseres.