La puesta en marcha de la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del puerto tal como se conoce vuelve a pender de un hilo. Al menos así lo cree Josep Gavaldà, miembro activista de Horta és Futur No a la ZAL, plataforma ciudadana que ha denunciado el acuerdo alcanzado por el ayuntamiento y la Autoridad Portuaria para cumplir las múltiples sentencias que declaraban nulo este proyecto. A su juicio, ese acuerdo es una operación de «maquillaje» que van a llevar a los tribunales.

Con esta, son ya cuatro las veces que el plan de ampliación portuaria vuelve a estar en tela de juicio. Y el resultado (al menos hasta ahora) ha sido el mismo: declarar el Plan Especial (PE) del puerto «nulo de pleno derecho». Ante tales precedentes no es de extrañar que la plataforma considere más que ganado el recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV). «Aunque sabemos que la carrera es larga, sabemos también que contamos con argumentos muy sólidos», asegura Gavaldà.

Un proceso para el que la plataforma anuncia la puesta en marcha de un proceso de crowdfunding durante los próximos días «para que la ciudadanía pueda colaborar con los gastos del proceso». Un apoyo social que se sumaría a la iniciativa ya expresada en su momento por el alcalde de la Punta, Ignasi Vázquez. El alcalde de la pedanía aseguró entonces que destinaría parte de su sueldo a financiar el proceso judicial que fuese necesario.

Un carril bici y «cuatro árboles»

El PE, reconocen desde la plataforma, «contraviene determinaciones de la legislación urbanística valenciana». En concreto, Gavaldà incide en que la Estrategia Territorial de la CV (DOGV de 19 de enero de 2011) determina en su artículo 43 que los corredores de conexión de infraestructura verde tienen que tener una anchura mínima de 500 metros. En cambio, el actual Pla Especial contempla unos conectores ecológicos que, en su tramo más ancho, «no llegan a los 30 metros de anchura».

Igual que ya se ha explicado en otras ocasiones, Josep Gavaldà denuncia que el plan presentado por el alcalde de València es «el mismo del PP», pese a que las leyes y la situación medioambiental «hayan cambiado». «Lo único que modificaron en el plan actual fue poner cuatro árboles en un carril bici», recrimina Gavaldà.

Ahora espera que «el tribunal lo admita a trámite y lo vuelva a declarar nulo de pleno derecho» para dejar a un lado «el maquillaje que supuso la 'nueva' ZAL» y «tener una «cuarta oportunidad para que el Ayuntamiento recule e intente a hacer las cosas bien». Tal como esperaban en un principio, cuando «Ribó entró a la legislatura con la sentencia que tumbaba la ZAL bajo el brazo» y, pese a ello, «no fue valiente», lamenta Gavaldà.

«Graves errores de fondo»

Asimismo, Horta és Futur denuncia que el PE «incurre en graves errores procedimentales». La primera «irregularidad» la encuentran en la redacción del plan. En él se asume que el suelo sobre el que se desarrollaría la ZAL es «urbano», pese a tratarse de huerta calificada de alto valor agrícola. «Hay que tener en cuenta que tanto la sentencia del Tribunal Supremo de 2015 (que ratifica la sentencia del TSJCV del 2013) que anuló el plan en su momento, como la sentencia de 2017 del mismo Tribunal Supremo que anula el proyecto de la red eléctrica de alta tensión que le da suministro, impiden tal consideración», denuncian desde la plataforma. Concretamente, la anulación de 2015 obligaba a que la administración iniciase el procedimiento desde cero, por lo que hacer «asunciones sobre el territorio» supondría «que, obviamente, no se ha empezado el procedimiento desde el principio».

Con esta «irregularidad», indican, «se sustituye una evaluación ambiental y territorial estratégica» por una «evaluación abreviada referida a una modificación menor». Un «error procedimental», aseguran, que podría implicar la anulación del plan por cuarta vez. Lo que supondría una nueva oportunidad para recuperar el espacio de la ZAL para huertas y espacios naturales que conectarían el final del río Túria con El Saler y l'Albufera. Una oportunidad para cumplir con la demanda histórica de la ciudadanía. «Evidentemente», reconoce Gavaldà, es una petición que también «va en la dirección de adaptarse al cambio climático: no es lo mismo que las brisas que entran de levante lleguen a Russafa calentadas por un polígono industrial que refrescadas por una zona verde», asegura.