La concejala de Protección Ciudadana del Ayuntamiento de València, Anaïs Menguzzato, admitió ayer que será complicado que se licite en lo que queda de mandato el nuevo contrato para el servicio de la grúa, al tiempo que también reconoció que la futura ordenanza de convivencia tampoco se aprobará antes de las elecciones de mayo.
Menguzzato explicó que el proceso de «negociación» del nuevo contrato «ha sido muy largo y lento», pero ha sido «en beneficio de la ciudad». «Ahora estamos elaborando el nuevo pliego de condiciones y ojalá antes de acabar la legislatura lo tuviéramos», reconoció la edil socialista, que reiteró que está en la fase de contratación.
Hay que recordar que la actual contrata de la grúa está trabajando con un contrato prorrogado tras rescindir la vigencia del mismo. Aunque el objetivo del Govern de la Nau fue en un primer momento municipalizar este servicio, finalmente parece improbable que lo puedan llevar a cabo en este mandato.
En cuanto a la ordenanza de convivencia, que regulará aspectos como las sanciones al botellón, Annaïs Menguzzato, reconoció que encajar la normativa para que conmute multas económicas por una serie de trabajos sociales o voluntariado en los que se involucrarían los padres «ha costado más de los que queríamos».
Menguzzato reconoció que en este mandato no se producirá «la aprobación formal» de la ordenanza, pero considera que el documento previo elaborado en colaboración con la Universitat de València «es un muy buen documento». «Está claro que esta legislatura se acaba, pero la vida sigue. Creo que es un muy buen documento en el que ha trabajado la Universidad y es una muy buena propuesta para transformar algunas actitudes incívicas que se producen en la ciudad. Yo creo que aunque solo queden dos plenos en esta legislatura, es un documento vivo que creo que se tiene que mantener porque puede mejorar los conflictos de civismo que tenemos en la ciudad», señaló la concejala de Protección Ciudadana.
