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Medio Ambiente

València admite la polución pero no toma medidas porque desconfía de dos estaciones

El 22 de febrero saltó el nivel de preaviso, aunque no se declaró el Episodio 1 de contaminación

Nube de polución situada sobre la ciudad de València durante todo el día de ayer. f. bustamante

El largo anticiclón instalado desde hace días en la península ibérica ha disparado los niveles de polución en las grandes urbes del país y ha obligado a tomar medidas en Valladolid o Barcelona. En València también se ha superado el nivel máximo permitido de partículas PM10 en el aire, como denunció Ecologistes en Acció. De hecho, el pasado viernes 22 de febrero se activó en el «cap i casal» el nivel de preaviso como estipula el protocolo anticontaminación de la ciudad. Así pues, y a tenor de los registros que ofrece la red oficial de estaciones de calidad de aire, propiedad de la Generalitat, València debería haber puesto en marcha las medidas informativas y de restricción de tráfico previstas en la normativa antipolución, pero no lo hizo. La razón es que la concejalía de Medio Ambiente, que dirige Pilar Soriano, no reconoce como válidos los valores de dos de los puntos de medición, el de la plaza del Ayuntamiento y el situado junto a la Pista de Silla.

«Nuestro compromiso con la calidad del aire es indudable, por eso instalamos la estación de la plaza del Ayuntamiento y seguiremos ampliando la red, pero el nuevo punto del centro todavía no está correctamente calibrado por Conselleria, que es la propietaria, y los datos que ofrece no se pueden tomar como referentes», explicó Pilar Soriano a este periódico.

Respecto al punto de medición de la Pista de Silla, que lleva años instalado, Soriano maneja otra teoría que invalidaría los resultados que ofrece. «Durante las obras del Parc Central se disparó el nivel de partículas en esta estación, pero cuando los trabajos terminaron no se redujo esta alta concentración de PM10. Si vemos los valores históricos de este punto de control, no puede ser que esté dando mediciones tan altas, porque además se ha reducido el tráfico en la ciudad. Yo creo que la semana que viene Conselleria ya tendrá recalibrada la estación de la Pista de Silla», añadió la edil de Compromís.

Hay que recordar que para que se active el protocolo anticontaminación al menos dos de estaciones de la red municipal han de superar los niveles permitidos, algo que sobre el papel ocurrió la semana pasada. Sin embargo, la concejalía insiste en que las dos estaciones cuestionadas «no se han aplicado los factores de corrección de Conselleria» y que por lo tanto no servirían de referencia para aplicar en el protocolo anticontaminación.

Sin tener en cuenta las dos estaciones «no reconocidas» por la concejalía, la semana pasada las de Avenida de Francia, Politécnico y Molí del Sol también superaron al menos un día los niveles máximos de concentración de PM10, aunque en el caso de Molí del Sol fueron dos días consecutivos.

El protocolo establece que para valores de partículas, se decreta el Episodio 1 de contaminación cuando se dan dos días de nivel de preaviso (más de 50 ?g/m3 de PM10 de media diaria). Con preaviso la concejalía solo debe informar a otros servicios municipales como el gabinete de Alcaldía, el gabinete de comunicaciones, el Movilidad Sostenible, Policía Local, OCOVAL y EMT.

Con el Episodio 1 de contaminación ya está obligada la Administración Local a informar a la población y se correlaciona con un problema de tráfico también se establecen restricciones, con la prohibición del estacionamiento de vehículos en la zona azul y zona naranja.

València per l'Aire, colectivo que aglutina a ecologistas, asociaciones de madres y padres de alumnos o entidades vecinales, denunció ayer también que los parámetros de PM2.5 (partículas más finas) también se superaron en todas la estaciones la semana pasada, al igual que las muestras de NO2. Sin embargo, en el caso del PM2.5 no se tiene en cuenta para el protocolo anticontaminación, mientras que las cifras de dióxido de nitrógeno no alcanzan los niveles máximos previsto en la ley, aunque sí los que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

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