Todos los partidos políticos con representación actual en el Ayuntamiento de València son partidarios de reducir el número de vehículos que circulan en la ciudad, aunque ninguno ha aportado todavía medidas concretas para conseguirlo. Así se desprende del acto celebrado el pasado martes en La Nau bajo el nombre «Què respiren els polítics?» organizado por el colectivo «València per l'Aire».

«Por primera vez los partidos convocados han estado de acuerdo en que era necesario reducir significativamente el número de coches que circulan por la ciudad para mejorar la calidad y salubridad del aire urbano que respiramos», explica el colectivo organizador tras la jornada. «Donde sí se dieron algunos desacuerdos y en general una gran ausencia de concreciones, fue en las respuestas sobre el qué hacer para conseguir mejoras en la calidad del aire de la ciudad y su entorno metropolitano. Ninguno de los representante políticos asumió un compromiso sustancial para la próxima legislatura, con objetivos temporales cuantificados, medibles y evaluables, acordes con las necesidades de reducción del 25% al 40% del tráfico motorizado», añade València per l'Aire.

Todos los partidos manifestaron su voluntad de trabajar por la mejora del transporte público metropolitano, su intermodalidad y su mejor financiación con políticas combinadas como forma de desincentivar y reducir el uso individual del coche. «Excluyeron la posibilidad de cobrar un peaje urbano a la entrada a la ciudad, tal y como han hecho numerosas ciudades europeas con gran éxito en la reducción de la contaminación del aire», añaden desde el colectivo de entidades.

En la jornada se puso de relieve la necesidad de disponer de datos reales a partir de mejores mediciones de la situación de la calidad el aire en València y se cuestionó la mala colocación y la escasez de las estaciones de medición existentes. «La patata caliente de los representantes políticos se dio en torno a las preguntas sobre las posibles restricciones al acceso de vehículos motorizados. Respondieron con ambigüedad y generalidades ante las propuestas de restricción del tráfico rodado en determinadas zonas de la ciudad, de reducción de los aparcamientos y de instauración de una ecotasa urbana o una tasa de congestión para disuadir la entrada de vehículos a la ciudad y revertir sus ingresos en la ampliación y mejora del transporte público», explican desde València per l'Aire.

Distintos grupos cívicos, vecinales, educativos y empresariales estuvieron presentes en la denominada «fila 0» del público y también ellos plantearon sus preocupaciones y reivindicaciones. Muchas de estas voces ciudadanas defendieron el consenso político y rechazaron la retórica política y la lucha partidista alrededor de asuntos como los carriles bicis en la ciudad. Hicieron una llamada para «despolitizar» las políticas de calidad del aire por tratarse de una problema vital y común de defensa de la salud contra los gastos sanitarios y las enfermedades y muertes generadas por la contaminación ambiental del aire urbano que respiramos.

Denunciaron los proyectos urbanizadores del Parc Central y los PAIs de los barrios de Benimaclet, Malilla y el Grau, el centro comercial INTU Mediterráneo, las ampliaciones de las autovías V21, V30, V31 y el Bypass de circunvalación de Valencia, así como la ampliación del Puerto, el acceso norte submarino para camiones y la Zona de Actividades Logísticas sobre la huerta de La Punta.

A pesar de las reivindicaciones de los representantes cívicos, en las exposiciones de los partidos políticos «hubo un silencio total sobre los graves impactos sobre la calidad del aire que tendrán las futuras grandes expansiones urbanísticas», lamenta València per l'Aire. «Estos nuevos proyectos están íntimamente asociados al incremento de los volúmenes del tráfico rodado de mercancías y pasajeros y sus emisiones tóxicas al aire, como son los planes que contradicen, convirtiendo en irrealizables las políticas municipales de reducción del tráfico motorizado», señalan.