La revisión estructural del PGOU, sin reclasificaciones de huerta, impulsada por el gobierno tripartito del Ayuntamiento de València no verá la luz en este mandato. La versión definitiva de la revisión estructural del PGOU, que suprime cinco sectores urbanizables en zona de huerta, como el previsto en Vera y Campanar, Tavernes Blanques, Alboraia y la Torre, y descarta grandes infraestructuras y rondas de tráfico rodado, programando incluso la reconversión de la autopista del Saler (CV-500) en un bulevar, fue una de las primeras decisiones impulsadas por el concejal de Desarrollo Urbano, el socialista Vicent Sarrià. La versión definitiva, tras superar la fase de alegaciones está aprobada desde octubre de 2017. Sin embargo, el documento que marcará las líneas del urbanismo de las próximas décadas no puede aprobarse definitivamente porque está pendiente de la aprobación del plan de movilidad metropolitano, un documento cuya versión definitiva todavía está en fase de redacción. El plan de movilidad impulsado por la Conselleria de Vivienda y Obras Públicas ha superado la fase de exposición y alegaciones.
Tras la disolución de las Corts y la convocatoria de elecciones y con un Consell en funciones muchos dudan de que el plan se apruebe definitivamente en lo que resta de mandato. La Conselleria de Vivienda aprobó en diciembre el documento básico del plan de movilidad del área metropolitana, que ha recibido, como se ha publicado, más de 200 alegaciones de las que se han incorporado al plan 66.
La aprobación de la revisión del PGOU que blinda la huerta depende de varias normativas y planes autonómicos, entre ellos la ley de la Huerta, que a principios de año quedó desbloqueada por parte del Gobierno tras llegar a un acuerdo sobre las expropiaciones de suelo agrícola abandonado.
