El río Túria, en su definición como una corriente de agua continua y desde la puesta en marcha del Plan Sur muere en el azud del Repartiment, dentro del término municipal de Quart. Es ahí donde comienza la red de acequias de regadío y el nuevo cauce continúa seco, funcionando como una muralla entre el Cap i Casal y l'Horta Sud. Sin embargo, las restauraciones ambientales recientes en el tramo bajo han permitido que exista un auge de biodiversidad que se ha visto favorecido con las lluvias, que han aumentado el caudal y la densidad de peces como las anguilas o las nutrias.

El hallazgo de restos de este último mamífero ha provocado la voluntad de crear un consorcio para restaurar tramos del cauce y aumentar el flujo de fauna y la calidad de las aguas.

En este sentido, el centro de Interpretación de Quart de Poblet acogió ayer un encuentro entre representantes de diferentes administraciones públicas a nivel local, provincial y autonómico; la Confederación Hidrográfica del Júcar; Global Omnium y la Fundación medioambiental Limne para debatir sobre qué proyecto sería el más adecuado para regenerar el nuevo cauce del río Túria y conectarlo a su desembocadura original, el mar, así como con el parque de l'Albufera.

La gerente de la Fundación Limne, Sales Tomás, explicó a Levante-EMV que el objetivo final es rehabilitar y revegetar el nuevo cauce del río Túria a su paso por los diferentes municipios del área metropolitana de València para conectarlo con el mar y con el parque de l'Albufera. Un proyecto ambicioso que, dice, costará tiempo, esfuerzo y alianzas entre diferentes instituciones. Un asunto que se abordó ayer en una asamblea a través de tres preguntas: «¿Qué río Túria queremos?», «¿Qué limitaciones tenemos?» y «¿Cómo allanar las dificultades?».

Durante la jornada, los participantes concluyeron en el deseo de un río ambiental que conecte con el mar y favorezca la dispersión de especies. Un espacio que actúe como pulmón verde y fomente el ocio medioambiental; un cauce seguro que minimice los riesgos de inundación. Dentro de las limitaciones, el grupo de trabajo admitió que un elevado coste de actuación, la necesidad de un consenso político y para definir alcance y objetivos y la falta de agua serían asuntos a resolver. Juan Medina, Concejal de Medio Ambiente de Quart, apuntaba ayer la necesidad de enseñar a la gente lo que hay en la zona del nuevo cauce. «Es un impacto visual que la ciudadanía vea el espacio en el que el río se acaba y hay posibilidad de darle continuidad». «Esto puede crear una corriente de opinión a favor del cuidado», añadía Pepe Sierra, periodista medioambiental.

Un ensayo en Quart

Desde Limne y Global Omnium van a ensayar en los próximos meses cómo podría desarrollarse este proyecto en el azud del Repartiment, donde se ubica la canalización de las aguas hacia las acequias y donde acaba el río al quedar sin caudal. «Descubrimos de restos de nutria y queremos hacer un proyecto para ver si favorece la dispersión de especies y si funciona bien lo interesante sería reproducir la práctica para conectar el cauce del río con otros como el de l'Albufera así como con al mar, devolviéndolo a su curso natural».