El hecho de que la huerta valenciana esté en contacto directo con la vida urbana puede traer, en ocasiones, problemas de convivencia. El barri del Racó de Sant Llorenç está en término municipal de València pero linda, literalmente, con Alboraia. De hecho, el el campo de fútbol de Alboraia y la piscina municipal (que, aunque forman parte de València, están gestionadas por el consistorio del municipio) están justo enfrente de la huerta y de tres barracas de agricultores.
Hace aproximadamente un mes que los vecinos y vecinas de esta zona denuncian que el parking de las instalaciones deportivas desprende una polvareda que perjudica la salud de las personas mayores que viven en la zona por los problemas de respiración que genera el polvo y que «mata los cultivos» de patatas de los agricultores de la zona. El problema apareció cuando el consistorio trató de arreglar el terreno que generaba charcos enormes en épocas de lluvia. Y lo hizo tapando los agujeros que había en el suelo con grava (material que sale del cultivo de chufa) y tierra.
Problemas de salud y cultivos
Sin embargo, esta acción, aunque solucionó los desniveles del pavimento, también ha generado que al entrar los coches se forme una humareda de tierra que inunda el ambiente. «Por las tardes entran decenas de coches para dejar a los niños en los entrenamientos y aquí fuera no se puede estar, todo el ambiente se llena de tierra», explica José Sanz, presidente de la Asociación de Vecinos del Racó de Sant Llorenç y agricultor de un huerto cercano a las instalaciones deportivas de Alboraia. «Como no llueve, la tierra está más seca y se forma más ‘polseguera’». Asimismo, Sanz apunta que el polvo que genera el parking también afecta a los cultivos de su huerta.
La brigada ya está en marcha
Por eso, la agrupación de vecinos se puso en contacto con el Ayuntamiento de Alboraia para informar al alcalde, Miguel Chavarría de la situación y concertaron una reunión con él, en la que se pactó que el consistorio enviaría una brigada y solventaría el problema con las propuestas de los vecinos.
Los habitantes de la zona dieron tres alternativas, según explican desde la Asociación de Vecinos: O bien poner más grava, o bien regar diariamente el suelo para endurecer la tierra o bien asfaltar el terreno.
Ahora, las propuestas han sido escuchadas y los trabajos municipales de la brigada comenzaron a materializarse ayer por la mañana. «Hace unos días vino una vecina para explicarme que su nieta, con una enfermedad rara, tenía problemas para respirar con la humareda del parking», apunta el primer edil. Por eso, ayer mismo los operarios de la brigada municipal se pusieron manos a la obra para solventar el problema.
«Lo primero que vamos a intentar es poner más grava que tierra para rebajar el efecto humo y el polvo que se genera y si eso no funciona no tendremos más remedio que asfaltar el parking. Lo primero es la salud de los vecinos y vecinas», apuntó el alcalde del municipio de l’Horta Nord, Miguel Chavarría.
