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Solo 10 de los 400 socios se dedica a pescar como actividad principal

«Ellas lograron el derecho a pescar, el problema ahora es que apenas hay pescadores, ni pescadoras, no hay relevo»

El principal problema de la pesca en la Albufera es ahora la falta de relevo generacional. Así lo asegura el presidente de la Comunidad de Pescadores de El Palmar, José Caballer, quien se enfrenta ahora a la falta de pescadores, hombres y mujeres, y no descarta dar entrada a pescadores de fuera para mantener la actividad. Caballer recuerda el conflicto con las mujeres, que a punto estuvo de costarle la cárcel. Con la perspectiva del tiempo transcurrido y visto el panorama de la pesca en el lago, Caballer asegura que «no se si sirvió tanta guerra» y apunta que «una cosa es defender los derechos y otra defender la actividad». Las mujeres consiguieron el derecho a pescar, el problema de la comunidad ahora es que no hay demasiado interés por ejercerlo.

Las cifras no mienten. La comunidad tiene 400 socios, de los 40 son mujeres, apenas un 10%. De todos los socios, apenas una decena (todos hombres) se dedica a la pesca como actividad principal.

Y no es que la pesca no tenga futuro, insiste la secretaria y miembro de la directiva de la confradía desde 2001, Amparo Aleixandre, quien destaca que los que se dedican a ello pueden obtener un salario más que aceptable (2.000 euros brutos al mes). Pese a la más que mejorable salud ambiental del lago, las capturas en la Albufera siguen dando de comer a bastantes familias. Llobarros, llises, carpas y anguilas, la joya de la corona, son muy demandadas. Las capturas en el lago nutren a los restaurantes (una treintena) de El Palmar, donde muchas familias viven ahora del turismo y la restauración. Parte de la producción de la Lonja de El Palmar, proveedora de Consum, se importa al extranjero, especialmente, Italia.

La cofradía de pescadores ha hecho un notable esfuerzo en introducir la gestión profesional de la entidad y en modernizar las instalaciones, gracias al acceso a los fondos Marítimos de Pesca de la UE. Para Amparo Aleixandre el conflicto de la pesca «fue una cabezonería, de unos y de otros... de las dos partes», subraya. «Deberíamos darlo por superado y centrarnos en lo importante», que es, apunta, hacer de la pesca una actividad atractiva para la gente joven.

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