Los dos agentes del Grupo de Delitos Económicos de la Guardia Civil de València y dos de los directivos de la Joyería Rabat que ayer declararon como peritos y testigos, respectivamente, en el juicio contra Alfonso Grau y Urbano Catalán, confirmaron con su testimonio el presunto cohecho cometido por el exvicealcalde y el empresario valenciano en 2010 y 2011.

Grau y Catalán han decidido plantar batalla en el juicio que comenzó ayer en la sección segunda de la Audiencia de València contra ellos por los dos relojes que el empresario regaló al político y blanqueo de capitales del que sólo se acusa a Grau por los pagos en metálico que realizó el exvicealcalde, tras devolver los relojes y adquirir otros dos más caros. Las defensas intentan defender su inocencia asegurando que no está demostrado que los relojes adquiridos por el empresario propietario de Transvia sean los mismos que el exvicealcalde devolvió al día siguiente de ser adquiridos en dos años consecutivos (las navidades de 2010 y 2011). También juega a su favor que los dos relojes comprados por Grau (un Lange de oro valorado en 25.680 euros y un Vachever Patrimony Contempor de 16.825 euros) no aparecieron durante el registro de su vivienda, como admitieron ayer los agentes.

Sin embargo, las declaraciones de los dos Guardias Civiles y de dos directivos de la joyería Rabat fueron contundentes en el «quid» de la cuestión y confirmaron que los relojes comprados por el empresario Urbano Catalán en las navidades de 2010 y 2011 fueron devueltos por Grau apenas un día después, para adquirir otros dos relojes más caros y cuya diferencia abonó en metálico: 17.410 euros cuya procedencia exacta no pudo acreditar el exvicealcalde, a pesar de haber sido requerido por la Agencia Tributaria.

Uno de los agentes fue taxativo en su declaración ante los magistrados de la sección segunda de la Audiencia de València: «Un reloj comprado por Urbano Catalán lo devolvió Alfonso Grau», confirmó durante su intervención. Y añadió que, aunque durante los registros realizados en casa de Alfonso Grau no encontraron los dos relojes fruto del cohecho, sí pudieron seguirles el rastro a partir de la documentación remitida por la Joyería Rabat.

Una tesis que atornillaron dos de los directivos de la joyería que declararon ayer como testigos. El más contundente fue el último en declarar. Aunque es el responsable de la tienda de València desde el año 2016, por lo que no vivió los hechos, sí fue quien supervisó y remitió la documentación a la Guardia Civil y en la que se basa la acusación de la sección de delitos económicos de la Fiscalía Provincial de València. El testigo no titubeó: «Este reloj fue vendido al señor Urbano Catalán y luego fue devuelto por el señor Grau. Era el mismo reloj que había comprado el señor Catalán».

Las defensas intentaron sembrar la sombra de la duda porque los relojes devueltos por Grau se valoraron unos 300 euros más caros que los comprados por Catalán. «No se daría cuenta quien hizo la valoración» en la devolución, declaró. Pero se mostró seguro en su análisis de los hechos. «Vimos la trazabilidad y era el mismo reloj» comprado por Urbano Catalán el que devolvió Alfonso Grau.