El empresario Urbano Catalán negó ayer que su empresa Transvía o sus filiales hayan recibido trato de favor en el Ayuntamiento de València. «Me contratan porque soy técnicamente el mejor y un 20% más barato que mi siguiente competidor», aseguró durante el interrogatorio ante el fiscal jefe de la sección de delitos económicos de la Fiscalía Provincial de València. El Ministerio Público acusa al empresario de haber comprado el reloj Piaget Polo el 28 de diciembre de 2011, el mismo día que la mercantil Transvía Tours SL recibió la adjudicación de un contrato relativo a la organización de actos festivos para personas mayores en el que había intervenido Alfonso Grau por importe de 652.748 euros.

Catalán admitió ser cliente habitual de la Joyería Rabat porque, además de ser un aficionado a los relojes, adquiría productos de joyería para su familia «que es muy numerosa, los socios de la empresa y los trabajadores que se prejubilan o jubilan». Aunque para desmarcarse de la compra que se enjuicia en la sección segunda, su abogado Javier Boix presentó unas facturas que acreditarían que Catalán estaba en Andorra el 28 de diciembre de 2011, lo que provocó la protesta del fiscal. El empresario fue rotundo: «No tengo por qué regalarle nada al señor Grau ni a ningún otro político».