El juicio contra el exvicealcalde de València Alfonso Grau por cohecho y blanqueo de capitales y contra el empresario Urbano Catalán sólo por cohecho quedó ayer visto para sentencia. El político y el empresario desistieron de su derecho a decir la última palabra, antes que las dos magistradas y un magistrado de la sección segunda de la Audiencia de València dieran por finalizadas las seis sesiones de las vistas que han sentado por segunda vez en el banquillo a la mano derecha durante años de la exalcaldesa de València, Rita Barberá.

En los informes definitivos de acusación y defensa, la Fiscalía ha mantenido los términos de su acusación para ambos procesados. El Ministerio Público solicita un año de prisión por el cohecho y cinco por blanqueo al exvicealcalde de València, al que acusa de recibir dos relojes del propietario de Transvia e intentar borrar el rastro de los relojes cambiándolos por otros más caros en la Joyería Rabat donde fueron adquiridos.

Ambas figuras delictivas están contempladas en la reforma del Código Penal de 2010, según explicó el fiscal durante su alegato final, y en el caso del blanqueo se produce por «transmitir bienes que tienen su origen en una actividad delictiva», en referencia a los relojes, según informa la agencia Efe.

El responsable de la Fiscalía también consideró que no tiene ningún sentido que Grau se haya negado a identificar al familiar o familiares que le regalaron los relojes. «Dijo que si daba ese dato, los nombres aparecerían vinculados a este procedimiento, pero esa explicación no es razonable, ya que si hubiese dicho a Hacienda quién le regaló el reloj hubiese sido fácil comprobarlo, no hubiese estado expuesto mediáticamente y probablemente este juicio no hubiese existido», aseguró el fiscal, según la agencia Efe.

El representante del Ministerio Público también desligó la inspección fiscal que originó esta causa de la Joyería Rabat (que las defensas han intentado desprestigiar) ya que, aclaró, a Grau se le comienza a investigar porque gastó 108.308 euros en joyas en tres años.

Por su parte, los dos abogados de las defensas, Jesús Bonet (Alfonso Grau) y Javier Boix (Urbano Catalán) solicitaron la libre absolución de sus patrocinados al considerar que no ha quedado probado que el empresario de Transvía adquiriera los relojes y los regalara al entonces vicealcalde en las Navidades de 2010 y 2011.

Bonet incidió en que «Grau no oculta el reloj. Este hombre tiene la cabeza bien amueblada, ha sido número dos del Ayuntamiento durante 20 años, podría haber enviado a un amigo a que lo cambiase, pero decide ir él. No había ánimo de ocultar o encubrir nada», aseguró durante su alegato final.

Por último, Boix tiró de ironía para hablar de «batiburrillo» o «milagro» algunos detalles de la investigación, al tiempo que intentó desligar a Catalán de Grau. «No hay prueba de que tuvieran una relación personal».