El Partido Popular presenta como candidato a la concejalía de Cultura Festiva al actual presidente de la Federación de Sección Especial, Santiago Ballester. Una decisión que ha supuesto una gran sorpresa al elegir a un independiente, que no es militante del partido, y con el que se ha buscado un perfil eminentemente técnico a la hora de gestionar las fiestas -obviamente, especialmente las Fallas-.

Santiago Ballester Casabuena, de 53 años, pertenece a la falla Convento Jerusalén-Matemático Marzal desde niño. Su padre es uno de los falleros más antiguos de la actual comisión. Ha sido presidente de la misma desde 2015 a 2018 y es el único caso de la historia de la comisión de haber sido presidente adulto y también presidente infantil, cargo que ostentó en 1980.

A lo largo de su trayectoria en la comisión ha ocupado todo tipo de cargos directivos, incluyendo la gestión del Parador So Nelo y la vicepresidencia económica. Tras dos años como Vicepresidente Primero fue el encargado de suceder en la presidencia al emblemático Jesús Barrachina. Está considerado como una persona muy dialogante y, sobre todo, de él se destaca su capacidad para conjugar voluntades en el mundo de las fallas.

Se trata de un perfil que recuerda, de alguna forma, al primer Félix Crespo -quien se ha despedido oficialmente de la carrera política-, pero aún más despojado de tinte político, por esa condición de independiente.

En las elecciones de 1991, el PP apostó por Salvador Cardona, procedente de la Semana Santa Marinera. Aunque en aquel momento parecía muy claro que si el pacto PP-UV conseguía mayoría, sería Unión Valenciana quien se encargaría de la concejalía de fiestas al disponer de un equipo mucho más trabajado.

Posteriormente, de cara a las elecciones de 1995, Rita Barberá pensó en Alfonso Grau, fallero, pero un perfecto desconocido en las élites de la fiesta (en materia social procedía del mundo sindical). Ocho años después fue sucedido por Félix Crespo, quien sí que era una persona conocida en los ámbitos falleros por sus habitualmente brillantes intervenciones en la asamblea. Ya era hombre "de partido" tras haber sido nombrado vicedelegado de gobierno pero, en el momento de asumir la concejalía, se le consideraba mucho más como "fallero" que político. Los últimos cuatro años del PP al frente de la concejalía tuvieron al frente a Francisco Lledó, también fallero, aunque activo miembro de la clase política (al asumir la concejalía ya llevaba cuatro legislaturas en el consistorio).