La historia de los Extra de Fallas de Levante-EMV cambió para siempre el día que decidimos dar un salto cualitativo y fusionar las imágenes de las embajadoras de la fiesta con los lugares más emblemáticos del mundo conocido. Eso ocurrió en el año 2016 y el primer destino, no podía ser otro, fue París. Por la ciudad que era y por ser la sede de la Unesco, en un tiempo en el que las Fallas ultimaban la conquista del título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Ahora, cuando los rescoldos de la Catedral de Notre Dame se apagan y se abren todas las incertidumbres de cómo salvar el símbolo, la memoria devuelve a aquel momento en el que Alicia Moreno y Sofía Soler compusieron delante de sus torres una de esas imágenes históricas.

El viaje a París no fue fácil. Realmente, no lo es ninguno porque ni disponiendo de dos días completos da para visitar una ciudad emblemática, y menos si, como en este caso, sus monumentos están dispersos en una ciudad gigantesca. Se convierte en una carrera contra el reloj para aprovechar las horas de sol. Nos pasó lo mismo con Londres, que no con Venecia, que todo está más concentrado o con Atenas, donde nuestro enemigo fue la meteorologría. Y precisamente, la visita a Notre Dame nos lleva precisamente a ese recuerdo: ese agua que habría venido muy bien para ayudar a sofocar el incendio.

Las fallas visitaron Notre Dame el segundo y último día dentro de un particular maratón que nos llevó, sucesivamente, a la Torre Eiffel, los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo, el Museo de Louvre y, antes del Centro Pompidou, la Isla de la Cité, donde se encuentra la catedral. Y, como pasaría tres años después en Grecia, la meteorología quiso jugar con nosotros al gato y al ratón. Aunque, a la hora de la verdad, tuvimos suerte: cada vez que parábamos en un monumento, nos concedía una tregua.

Ya nos habían avisado: "aquí igual está lloviendo que para y sale el sol". El destino quiso que eso fuera lo que nos ocurrió. Llovía a cántaros y fue la oportunidad para que ambas hicieran tiempo comprando recuerdos en una tienda cercana. Pero al poco tiempo no sólo dejó de jarrear, sino que salió ese anunciado sol radiante. Para dejar para la posteridad la imagen de ambas falleras mayores, de espaldas, mirando la fachada de la catedral. Y de frente, claro, pero elegimos la de espaldas. Después, haciéndose un selfi sería la que anunciaría, en la portada del diario, el espectacular reportaje.

Alicia y Sofía, llamaron la atención todo lo que es fácil imaginar, desafiaron el frío y posaron. Después se acercaron al Sena, se asomaron al Pont au Double... y rápido nuevamente al autobús porque continuaba el viaje. Ahora, tanto ellas como nosotros guardaremos esas imágenes como oro en paño.