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Tráfico

Casi siete de cada diez calles en València se limitarán a 30 kilómetros por hora

La normativa, aprobada en la última reunión de la Comisión de Urbanismo, incluye todas las calles con un solo carril

Señalización de zona 30 km/h en el centro de la ciudad. fernando bustamante

Limitar la velocidad a 30 kilómetros por hora en las vías de un solo carril de la ciudad de València ha sido una de las medidas más reclamadas en el proceso participativo creado para elaborar la nueva ordenanza de movilidad. Un compromiso mutuo entre la Concejalía de Movilidad que dirige Giuseppe Grezzi, y la Jefatura Provincial de Tráfico, que ya fue implantado con el inicio de legislatura en los barrios de Campanar, Sant Josep, Sant Marcel·lí, el Paseo Marítimo o zonas escolares como en La Carrasca. Esta regulación se ampliará ahora para ser efectiva en casi siete de cada diez vías urbanas de la ciudad, aquellas con un único carril.

Así, el 64, 3% de la red viaria de la ciudad (630 kilómetros) será ciclocalle. Una medida aprobada ayer en la Comisión de Urbanismo (incluida en la Ordenanza de Movilidad de València que dispone ya de un texto definitivo) que se encuentra ahora a la espera de ser aprobada en el próximo pleno municipal y con la que se pretende reducir la emisión de gases contaminantes, así como mejorar la convivencia entre los vehículos motorizados, bicicleta, patinetes y peatones. Así lo indicaron ayer en la última reunión de la Mesa de Movilidad en la que han participado más de 80 entidades del ámbito de la movilidad.

Fruto de estas negociaciones, Grezzi señaló el incremento de las rutas escolares en la ciudad de València, de tres a 41 desde el inicio de legislatura. «¿Por qué habíamos asumido que los más pequeños no puedan jugar en la calle, que no puedan ir andando al colegio?», indicó el urbanista y presidente de la mesa, Joan Olmos, quien aseguró que las más de 25 reuniones realizadas con los distintos colectivos desde 2015 en la que se presentaron más de 450 alegaciones realizadas en 49 instancias, y reflejadas en la modificación de 55 artículos, ha dado finalmente sus frutos.

Entre muchas otras medidas, el texto definitivo de la nueva ordenanza de movilidad incluirá, a petición de las entidades participantes, términos como «personas con discapacidad» (quienes verán aumentadas en un 44,3 % sus plazas de aparcamientos en la nueva ordenanza), así como que el taxi tenga la misma consideración que la EMT en su grado de permeabilidad cuando se realicen actuaciones que requieran de cortes puntuales de la circulación. De hecho se ha ampliado en un 35 % el número de plazas de taxis en la ciudad (pasando de 670 a 905). También se ha incrementado el número de pasos de peatones en casi un 7 % ( de 11.506 a 12.272). Así, se ha aumentado en un 26,2 % el número de carriles bici bidireccionales, pasando de 123 kilómetros en 2013, a los 156 actuales.

Para ello el Ayuntamiento incrementó en un 220 % el presupuesto ejecutado, pasando de 14,8 millones de euros en la pasada legislatura a los 47,6 millones actuales. Un desembolso económico necesario, explicó Joan Olmos, para lograr una ciudad «más habitable», «más viva», pero también «más saludable». Y es que Olmos insiste en que todas estas medidas de movilidad son «cuestiones básicas» con las que poder mejorar la calidad del aire, una «cuestión de salud pública» que, explica Olmos, «afecta a los colectivos más vulnerables», como menores o personas en riesgo de exclusión.

La ordenanza no recoge las VTC

Por contra, el texto definitivo de la futura ordenanza no recogerá la regulación de los vehículos con conductor (VTC), como había reclamado el sector del taxi, y se incluirá en una nueva disposición final aparte. Grezzi explicó que no se pudo incorporar como era «deseo» de la Corporación porque, según la Secretaría municipal, «la propuesta implica establecer un régimen nuevo que exige un procedimiento individual con todas las garantías procedimentales que requiere su tramitación».

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