Los politólogos que abogan porque los partidos aúnen esfuerzos habrán salido huyendo de la ciudad de València porque, en las elecciones del próximo mes de mayo, serán un total de 23 las formaciones que concurran. Cinco más que hace cuatro años. Y, sirva el ejemplo, cuatro más que en la ciudad de Madrid y sólo dos menos que en Barcelona. Es fruto, fundamentalmente, de la incapacidad para la sinergia entre formaciones menores. Y no sólo eso, sino que no son pocos los partidos que surgen de escisiones entre sí. Lo que deja un panorama peculiar de cara a la cita del día 26 de mayo.
Los cinco grandes de la anterior legislatura mantienen siglas y a sus respectivos cabezas de serie salvo el Partido Popular, que le da una vuelta completa al calcetín y, con María José Català en el primer puesto, presenta una lista muy renovada de la cabeza a los pies. Compromís repite la candidatura con el actual alcalde, Joan Ribó, y PSPV-PSOE, Ciudadanos y València en Comú (con su nueva denominación) a los mismos portavoces con los que han finalizado la legislatura: Sandra Gómez, Fernando Giner y María Oliver.
Precisamente una de las grandes novedades entre los partidos punteros es la unión, aquí sí, de Esquerra Unida con Podemos. Desaparece la sigla València en Comú y pasa a ser Unides Poden-Esquerra Unida (con la consiguiente redundancia de los «unidos»). Hace cuatro años, EU se quedó muy cerca de tener representación (alcanzó el 4,7 por ciento de los votos).
>> Elecciones municipales: listado completo de las candidaturas en la provincia de València (PDF)
Vox, que ha quedado como último en las listas de la junta electoral -sus papeletas estarán en una de las esquinas de las mesas- aspira a estrenar su representación surgiendo prácticamente de la nada, puesto que hace cuatro años, antes de su particular explosión, tan sólo obtuvo 3.293 votos. Tanto han cambiado las cosas que la actual lista es completamente diferente a la de entonces. No repite ni uno de los que lo hicieron en 2015.
Mosaico tricolor
Una buena parte de la culpa de que existan tantos partidos es la escisión, casi endémica históricamente, de los diferentes modos de «blaverismo». Desaparecida Unión Valenciana, una formación tricolor uniforme acaba siendo una empresa imposible por las diferencias existentes entre unos y otros. El que no es regionalista es autonomista y el que no, independentista valenciano. O el que no, simplemente, no soporta al que tiene al lado. Si a esto se añade que, en estas mismas formaciones se han producido desencuentros y, por ende, escisiones, el resultado es un verdadero gazpacho de siglas y denominaciones.
Sirva el ejemplo: José Vilaseca encabeza la formación aUna CV tras un cortísimo paso por Som Valencians, del que se marchó tras una grave crisis interna junto con el número dos, Julián Vico.
Dentro de estas sensibilidades también está Poble Democràtic, Democrates Valencians, Contigo Somos Democracia o Avant. Jose Enrique Aguar, el líder de Contigo Somos Democracia, procede de una escisión de Ciudadanos.
De todos estos partidos, los más importantes son Poble y Som, que dirimieron hace cuatro años su particular e infructuoso duelo casi con empate técnico, con ligera ventaja para los últimos (3016 contra 2858 votos). El sueño de todos ellos es dar la sorpresa y alcanzar el ansiado cinco por ciento.
Otros partidos son el resultado de la liquidación o fusión de otras formaciones. Por ejemplo, Coalición Progresistas Centrados, liderados por la abogada Beatriz Rabasa, surge de Coalición de Centro Democrático (heredero a su vez, ya lejano, del Centro Democrático y Social de Adolfo Suárez y Unión Progreso y Democracia (UPyD), el partido de Rosa Díez que ya está en vías de extinción -aún pervive en algunas circunscripciones-.
España 2000 no concurre
También hay un rosario de pequeñas formaciones. Desde el Partido Libertario al incansable Partido Comunista de los Pueblos de España o la versión valenciana de Esquerra Republicana
España 2000 no concurre a las elecciones. Hace cuatro años sumaron 1.397 votos . Por contra, vuelve Falange Española de las Jons, ausente hace cuatro años. Y no faltan partidos peculiares como Escaños en Blanco una especie de «partido protesta».
