Los «miracles» de San Vicente Ferrer finalizan hoy su parte competitiva en el casi anonimato. Ayer, como actuaba de inicio el Tossal, ganador permanente en los últimos años, es la única vez en el que el pequeño salón de actos de la Once se llena. A pesar de que ayer había muy buenos participantes -Xirivella, Carmen, La Cañada y Pilar-, el suflé fue rebajándose hasta acabar con la misma media entrada del primer día y la que se prevé para finiquitar hoy el concurso. Con lo que, una vez más, el encomiable esfuerzo realizado por los niños transcurrirá con su habitual endogamia. No llama a la curiosidad y los asistentes se repiten año tras año. Aunque ayer también tuvieron su toque político-electoral: primero acudió la candidata popular, María José Catalá, con el aspirante a concejal de fiestas, Santiago Ballester, y el presidente de Lo Rat Penat y cinco de la lista, Enric Esteve y el actual edil Félix Crespo. Después lo hizo el titular de cultura festiva, Pere Fuset.

La única posibilidad de sacar los «miracles» al exterior será en los altares en las jornadas de domingo y lunes próximo, en unas condiciones de sonoridad poco adecuadas. Allí serán contemplados nuevamente por los familiares y miembros de los altares y aquellos visitantes que, en esta ocasión sí, quedarán sorprendidos por la presencia de unos niños interpretando una obra de teatro -que salvo los valencianoparlantes, pocos entenderán- vestidos de época. Pero que serán objetivo de cámaras digitales por lo inesperado y llamativo.

Los «miracles» tienen, pues, dosis de encanto, incomprensión y conformismo. Este año, sin embargo, las cosas van a cambiar un poco: la obra ganadora será representada también en la calle. Ese «bis» casi eurovisivo se interpretaba dos semanas después de acabar las fiestas y en el teatro del Ateneo. Otra vez en familia. Ahora será en un particular «prime time»: el sábado, poco después de las seis de la tarde, en el altar de la Plaza de la Reina (el de la asociación de la Pila Bautismal).

Un castillo para rematar

Ese día, el 27, se ha articulado un programa extraordinario con motivo del VI Centenario que incluye, tras la representación, un concierto de la banda Primitiva de Lliria (población que también es un «lugar vicentino» -de hecho, uno de los «miracles» de ayer estaba ambientado en el milagro de la fuente edetana-) a las siete de la tarde.

La última incorporación es la celebración de un castillo «a la antigua». Será a medianoche y en la plaza de Tetuán, entre dos lugares tan vicentinos como son el convento de los dominicos y la casa natal del «pare Vicent». La pirotecnia Nadal-Martí es especialista en este tipo de espectáculos pirotécnicos (ya es habitual, por ejemplo, en la Gran Fira) y empleará los efectos de «pals i rodetes».