No contaban con el informe favorable del Ayuntamiento, pero la empresa organizadora de Paellas Universitarias decidió seguir adelante con el festival el pasado 12 de abril en la Punta. El alcalde Joan Ribó vetó, a menos de 24 horas, que estas se celebrasen. La organización, sin embargo, en un intento por evitar la cancelación del evento y eludir así la devolución de la entrada a más de 25.000 personas, interpuso la misma mañana del festival un recurso de reposición. Así, al considerar que reparaba todas las deficiencias municipales (y con el informe favorable de protección civil que, según los técnicos municipales no impide «la validez jurídica de la resolución»), celebró el festival, a sabiendas de que podían enfrentarse a una multa de hasta 300.00 euros que ahora podría ascender hasta los 600.000 por infracción administrativa «muy grave».

El Ayuntamiento de València desestima ahora el recurso presentado por la empresa al considerar que dejar meter botellas de plástico sin tapón infringió la Ley de Espectáculos de la Generalitat. Así como el ruido y la afección de la huerta y la zona ferroviaria incumplieron varias normativas. Los técnicos municipales argumentan que la única referencia para la protección del tráfico ferroviario (uno de los motivos del veto de Ribó) fue «que se avisará» del evento a la empresa ferroviaria.

En materia de ruido, «tampoco constó en el expediente la aportación de la auditoría acústica», según la resolución, que aplica el principio «precautorio» y asegura que no es posible la «no valoración» del concepto molestia que pudo originar al vecindario.