Ha pasado un mes desde que el Ayuntamiento de València anunció el inicio de las obras para la reforma de la plaza Centenar de la Ploma en el barrio del Carmen. Una reivindicación que lleva en boca del vecindario desde hace varios años y que, gracias a su movilización, consiguieron incluirla en los presupuestos participativos de 2016 con un presupuesto de casi 60.000 euros y con el propósito de convertir el ficus centenario de la plaza y la zona de juegos contigua en una zona exclusiva y protegida para convertir el árbol en un emblema del barrio, así como unir la plaza Centenar de la Ploma con la de Mesón de Morella, con el objetivo de unificar espacios y crear un espacio verde y «lugar de encuentro» para el vecindario del casco histórico de la ciudad.
Amics del Carme denuncia, no obstante, que en tres años sí se ha repuesto el vallado del árbol hasta en dos ocasiones «sin que se haya hecho anda serio para proteger al árbol» de la actividad de los perros de los vecinos que, dicen, se ha convertido en «una especie de pipican». Sin embargo, denuncian que el material que forma la infraestructura del parque se encuentra deteriorado, por lo que cada vez que llueve el agua se filtra hasta llegar al garaje de las viviendas de protección oficial que hay alrededor de la plaza.
Aseguran que han pedido un informe técnico y que, de seguir por el mismo camino, en diez años la estructura de las fincas correría peligro. Es por ello que dentro del proyecto exigen un plan que mejore el drenaje del agua, pero a cambio solo han conseguido que se incluya la plantación de flores alrededor del ficus, lo cual, dicen, no resuelve el problema.
