Un cachalote de más de seis toneladas de peso o, mejor dicho, seis toneladas de restos de un cachalote que debía ser aún más grande, han sido rescatados del Puerto de València después de ser encontrados en la proa del buque de pasajeros que cubría la línea entre las Islas Baleares y València. Fueron los prácticos que acercaron al barco los que se dieron cuenta de la presencia de los restos del animal.

Se trata de un hecho que se produce ocasionalmente, cuando un barco de gran tonelaje choca con un cetáceo y arrastra su cuerpo incluso sin darse cuenta hasta la llegada a puerto. En ocasiones, estas mismas colisiones, que incluso pasan desapercibidas para los tripulantes de los barcos si son de gran tamaño, provocan que el animal quede herido de muerte y, finalmente, acabe arrastrado hasta cualquier playa, un fenómeno que es más frecuente que el hecho de llegar literalmente aprisionado al bulbo de proa de la embarcación.

Inmediatamente se avisó tanto al Seprona como a los Bomberos y a la empresa de rescate de residuos encargada de las tareas de recuperación y destrucción de los restos. La operación fue complicada por el estado en que se encontraba el cuerpo del cachalote, que finalmente tuvo que ser izados con red para evitar que se desmembrara aún más. Si no es devorado por depredadores, el resto del cachalote puede aparecer en cualquier lugar arrastrado por la marea, puesto que lo que quedó claro es que no se trataba de un animal completo, a pesar de su considerable tamaño.

El animal también fue inspeccionado por el Instituto Valenciano de Varamiento de Cetáceos y Tortugas Marinas, dependiente de la Universitat de València, que tomaron diferentes muestras del animal para sus estudios.

El cachalote, especie considerada como «vulnerable», es el cetáceo «grande» más común en el Mediterráneo, pero los incidentes con embarcaciones o el número de ejemplares varados es bastante menor que otros, entre los que el delfín listado es el más común, así como el delfín mular. El cachalote es menos común, aunque por su tamaño es más factible de que sus restos sean hallados y forma parte de un grupo más minoritario, como el rorcual común, calderón, el delfín común o el zifio. Las redes de los pescadores son otro de los causantes de la muerte de este tipo de animales de gran tamaño.