Lo esquiva que fue la meteorología para los días grandes de la Semana Santa Marinera ha sido hoy especialmente generosa con el otro gran rito festivo de los Poblats Marítims: la llegada por mar del Cristo del Grao. Aunque las previsiones también tienen ganas de inquietar para el gran día, cuando el «Negret» salga, el sábado por la tarde, de procesión por las calles del Grao de València.

El caso es que hoy, entre devotos, ciclistas, patinadores y domingueros -la llegada provocó un atasco en la avenida del Puerto por reducir dos carriles justo a la hora de ir acercándose al Paseo Marítimo para comer- la emblemática imagen ­cumplió con el ritual. Un verdadero mestizaje ciudadano que fue a converger junto a las aguas del puerto y en el que se mezclaban las sensaciones. Unos, trajeados con sus mejores galas para asistir al rito. Otros, dispuestos a pasar la mañana en familia y los extranjeros de turno que se encontraron, una vez más, con una estampa de tipismo sin saber que ésta en concreto, recrea hechos ocurridos hace más de seiscientos años.

El Cristo esperaba junto al Veles e Vents y, al aviso de los organizadores, se acercó hasta el edificio del reloj. Cuéntase que, hace más de seiscientos años, apareció flotando. Hoy sólo flotaba un balón de fútbol de los buenos en las aguas portuarias, para disgusto seguro de su dueño. El «Negret» llegó a proa de una embarcación, divisándosele, oscuro pero a la vez lustroso, desde le lejanía, para ser sacado a base de pericia por los porteadores de la hermandad del Cristo de la Concordia.

Es un cristo marinero -como pudo ser ruzafeño, pero el pleito se saldó hace más de medio milenio a favor de los graueros- y por ello, las peticiones se hacen pensando en la gente del mar. El párroco de Santa María del Mar pidió la bendición al mar «y a todos los que sobre él navegan para que lleguen al puerto deseado y se encuentren con los suyos». Comparó esta bendición con los grandes hechos marítimos de la Biblia: el arca de Noé y el camino de San Pedro sobre las aguas.

El sábado, el día grande

Y levantado a brazo, junto a las autoridades eclesiásticas, militares y civiles, recorrió el escaso trecho hasta la iglesia de Santa María del Mar. Mientras, el público, convencido, lo asalta con lo que tiene a mano, ya sea un pañuelo o directamente con la mano, para hacer sentir sus efectos de benevolencia y esperanza.

El día grande del Cristo del Grao es el 3 de mayo. Ese día hay una «descoberta» de la imagen a las seis y media de la mañana y la procesión es desde las ocho de la tarde.