Un total de 240 personas reculsas y exreclusas se beneficiaron durante el año 2018 del programa Paire. Una iniciativa del Ayuntamiento de València, a través de la concejalía de Bienestar Social e Integración, que pretende «paliar los efectos de la marginación que afecta a las personas extranjeras y no extranjeras, reclusa y exreclusa, promoviendo su inclusión en los engranajes sociales de la normalización: trabajo, vivienda, red sanitaria, red social».

Como indican fuentes de la concejalía, este programa «tiene un largo recorrido, surge en paralelo a la creación de la asociación Ámbit en el año 93, a lo largo de los años de necesidades que se han ido planteando, siempre desde un proceso de reflexión y evaluación continuo que ha permitido ir mejorando la actuación. Además, también destacan, de forma muy especial, «la participación, el interés y la formación continua de las personas voluntarias en este proyecto». De las atenciones en 2018, 17 eran mujeres y 223 hombres. Precisamente, en este programa se intenta destacar «la atención a mujeres que en prisión, al igual que en otros ámbitos, ocupan una posición secundaria», afirman.

Los técnicos de la concejalía también destacan que «a lo largo del año 2018 hemos observado un amento en la demanda de solicitudes de atención, para el disfrute de beneficios penitenciarios y libertad. Esto hace que se cree una situación de demanda de acogimiento en libertad y en semi-libertad «tercer Grado» a la que no hemos podido atender plenamente». Un aspecto que deberá ser tenido en cuenta en las próximas convocatorias.

Precisamente, entre los objetivos de este programa está reducir el periodo de internamiento penitenciario. Así como facilitar el acceso a los recursos sociales y de salud, aumentando las oportunidades de participación. También, compensar la indefensión jurídica de las personas con mayor nivel de desprotección y contribuir a la formación de conciencia social respecto a situaciones como la desigualdad, la delincuencia y represión social.

Entre las actividades más demandadas se encuentran la realización de informes, avales de permisos y libertad condicional, con 173 personas; la recogida y acompañamiento en permisos del centro penitenciario, con 90 personas; la cobertura de necesidades básicas, con 99 personas o los tallers de yoga, con 49 usuarios.