El cardenal arzobispo de València, Antonio Cañizares, invocó la protección de la Mare de Déu en la Missa d'Infants «para todos, especialmente para los desamparados, frágiles e inocentes», ante la Cruz de Lampedusa, bendecida por el Papa Francisco y hecha con madera de pateras de inmigrantes y refugiados, un claro mensaje del Vaticano para llamar la atención sobre la necesaria solidaridad.

Cañizareds pidió «por la paz en Venezuela, para que encuentre la justicia y respeto por la dignidad humana y alcance la libertad». La celebración se realizó en castellano y en valenciano y contó con la participación de la Coral Juan Bautista Comes y la orquesta del Conservatorio José Iturbi, así como la Escolanía. También, a un lado del altar, había un intérprete que traducía la eucaristía al lenguaje de signos para las personas sordas.

La misa contó con una amplia presencia de autoridades civiles, militares y académicas. Durante el acto se pudo ver al presidente de la Diputación, Toni Gaspar; al subdelegado del Gobierno, José Roberto González; al vicepresidente de les Corts, Alejandro Font de Mora; a los candidatos a la alcaldía de València, Fernando Giner, Sandra Gómez y María José Catalá; a la presidenta del Partido Popular, Isabel Bonig; a la portavoz del PP en la Diputación de València, Mari Carmen Contelles, o la consellera de Justicia, Gabriela Bravo.

Salvo el concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de València, Pere Fuset, que sí que estuvo en los actos en honor a la Virgen, no se vieron cargos de Compromís y Podemos en la zona delimitada para las autoridades. La rectora de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Rosa Visiedo, y el de la Católica de València, José Manuel Pagán, ocuparon sitios de privilegio en la misa.

El cardenal arzobispo de València pidió «por los desamparados de los vicariatos apostólicos de la Amazonía peruana, con los que tenemos una responsabilidad en la diócesis de Valencia y que nos mandan una señal de socorro, para que la Mare de Déu envíe sacerdotes a aquellas tierras que necesitan misioneros para dar a conocer a Jesucristo».

En el día de la fiesta de la patrona de los valencianos, el Arzobispo señaló que «en María el hombre revive, empieza a comprender mejor el significado y sentido de la vida y adquiere una conciencia nueva, comienza a hacer del amor y la caridad su forma de vida, empieza a ser capaz de tener misericordia consigo mismo y con todos, principalmente con los desamparados y desheredados».

La Iglesia en Valencia, con la Virgen María, «se siente llena de fe que la anima y alienta», según el cardenal Cañizares, que subrayó que «la comunidad cristiana, desde hace siglos, sobre todo desde los tiempos del Padre Jofré hasta nuestros días, vive con alegría desbordante esta fiesta mariana, porque en esta imagen bella de la Madre que abraza a su pequeño, ve en Ella la ternura y cercanía inigualable de Dios».

El cardenal Cañizares agradeció a la Fallera Mayor Infantil de Valencia, Sara Larrazábal, y a su Corte de Honor la ofrenda de flores que realizaron a la Mare de Déu «porque en vosotras están representadas todas las niñas».