El alcalde de València y candidato a la reelección por Compromís, Joan Ribó, se ha puesto hoy la camiseta de la reividicación para reclamar a la Generalitat Valenciana que dignifique la estación de autobuses de la ciudad, uno de los equipamientos públicos más degradados y que ofrece una de las peores imágenes de la ciudad a los visitantes que llegan a través de este medio de transporte.

El próximo año se cumplirán 50 años desde que Rincón de Arellano inauguró en 1970 el sobrio edificio de la calle Menéndez Pidal. En los años ochenta del pasado siglo tocó su techo, pero hoy la cifra de viajeros transportados ha decrecido espectacularmente, tras la pérdida de competitividad del autobús frente a otros medios de transporte.

La caída en picado del número de usuarios de la estación de autobuses también ha corrido en paralelo a su degradación, hasta el punto de que hoy representa una de las infraestructuras públicas más descuidadas de la ciudad. La planta de abajo permanece desde hace años cerrada por la presencia de amianto en sus instalaciones, mientras que en la fachada el cemento desgastado y la pintura desconchada rivaliza con carteles de negocios hundidos por la crisis. Otros tratan de resistir en el interior y exterior del recinto ante las adversidades que plantea un espacio descuidado y sin futuro. Lo habitual, sin embargo, es la estampa de los locales comerciales cerrados.

Joan Ribó ha visitado hoy las instalaciones para alzar la voz sobre una situación que no se puede prolongar más. Por ello exigió a la Generalitat Valenciana, propietaria del edificio, que ponga en marcha los mecanismos necesarios para recuperar la dignidad de este espacio. Y eso significa también exigir al gestor de la explotación (una concesión) que cumpla también con su compromiso, porque al final los únicos perjudicados son los usuarios.

En cierto modo Ribó le ha sacado los colores a la conselleria de Infraestructuras, gestionada por sus socios del PSPV-PSOE. El alcalde de València ha reivindicado “una estación de autobuses rehabilitada y dignificada, que se ajuste a los parámetros de calidad del servicio, seguridad, comodidad y estética que merece la tercera ciudad más grande del Estado”.

“Campanar es uno de los barrios paradigmáticos del abandono sistemático a qué sometieron los diversos gobiernos del Partido Popular a los barrios periféricos de Valencia. Lamentablemente durante los últimos cuatro años la conselleria tampoco ha revertido esa situación en el caso de la estación de autobuses, por lo cual desde Compromís asumiremos el liderazgo de una exigencia que comparte toda la ciudadanía: volamos la estación de autobuses que merezcamos y no pararemos hasta conseguirla”, ha asegurado.

Ribó asegura que está junto al vecindario del barrio, y quiere dotarlo de equipamientos públicos tras el periodo de envejecimiento del antiguo hospital La Fe, y que ahora ya tiene proyecto para su reconversión completa. Pero no ha querido olvidarse de la estación de autobuses. “Los vecinos y las vecinas de Campanar no son ciudadanos y ciudadanas de segunda. Merecen las mismas condiciones de calidad, seguridad y comodidad que disfrutan en otras ciudades como por ejemplo Madrid, Barcelona, Sevilla o Zaragoza”, ha afirmado.

Ribó ha hecho estas declaraciones durante la primera parte de su visita al barrio de Campanar, donde esta tarde participará en un paseo acompañado por representantes vecinales y con otros integrantes de la candidatura de Compromís per València para las próximas elecciones municipales del 26 de mayo. “Llevamos cuatro años dando la cara y escuchando y dialogando con los vecinos y las vecinas de los barrios y ahora continuamos haciéndolo en campaña para explicarlos qué continuaremos haciendo para consolidar el cambio iniciado en 2015 y, entre todas y todos, conseguir la ciudad que volamos y merecemos todas y todos”, ha asegurado el alcalde.