Asociaciones de vecinos, comerciantes, hosteleros, falleros y agentes culturales de las zonas turísticas de València reclaman una hoja de ruta por parte del gobierno municipal, que surja tras las elecciones del 26-M, que aborde definitivamente la ordenación del ocio y el turismo en la ciudad de forma compatible con la calidad de vida de los ciudadanos.

La reivindicación de los diferentes colectivos, que se han constituido y reactivado durante los dos últimos años, se produce a falta de 10 días para las elecciones municipales al Ayuntamiento de València con el objetivo de reclamar a los partidos políticos que incluyan en sus programas electorales las dotaciones presupuestarias y los medios materiales, técnicos y humanos necesarios para impulsar el proceso de ordenación del ocio y la sostenibilidad del turismo como actividad económica y social.

Las asociaciones que suscriben esta petición son: la Asociación de Vecinos y Comerciantes de Russafa (Russafí), la Associació Veïnal i de Comerç de Ciutat Vella (Viure Ciutat Vella), la Asociación Vecinal y Empresarial de Ocio y Cultura Zona Xúquer, la Agrupación de Fallas de Russafa, la ONG Controla Club, la Asociación de Hosteleros del Barrio del Carmen y Ciutat Vella (Albarca), la Asociación por una Hostelería en Russafa (Al Balansí), Hosteleros de Juan Llorenç, la Sala Russafa, Russafart, Russafa Escènica, la Asociación Intramurs y la Asociación de Bares Culturales (Abacu).

El objetivo, aseguran, es defender la calidad de vida en los barrios y mejorar el clima de convivencia entre todos los agentes sociales y económicos, protegiendo el bienestar de todos los vecinos y vecinas, el patrimonio cultural, a las pymes y los puestos de trabajo que estas generan.

Asimismo, el nuevo clima de diálogo y colaboración entre los diferentes colectivos y asociaciones muestra, a nivel asociativo, la realidad reflejada por los estudios de opinión del Barómetro Municipal que viene desarrollando el Ayuntamiento de Valencia durante los últimos meses. Los resultados del mismo ponen de manifiesto que los ciudadanos valencianos identifican claramente los problemas y molestias que puede generar la actividad del turismo en la ciudad, pero que, por otro lado, se considera necesario, puesto que es percibido como una de las primeras fuentes de riqueza y prosperidad para la ciudad.

Los diferentes colectivos y asociaciones, que vienen participando del proceso de diálogo, valoran extraordinariamente la reciente aprobación del Observatorio del Ocio de la ciudad de Valencia. Subrayan que debe liderar y protagonizar el proceso de reordenación y regulación de la actividad turística y el ocio en la ciudad, contando con los necesarios recursos económicos que deberían de asignarse en los presupuestos municipales de cara a establecer la citada hoja de ruta y un plan de trabajo capaz de acometer la solución al problema del impacto del ocio y el turismo en la ciudad.

Con el fin de contribuir, con ideas y propuestas en la nueva etapa que debe iniciarse a la vuelta de las elecciones municipales, las citadas asociaciones recuerdan las diferentes acciones que se han llevado a cabo, como la redacción del Manifiesto por un Turismo Sostenible y de Calidad para Valencia, acciones de dinamización comercial en los barrios, 'Russafa ilumina la Navidad', acciones de labor social como la campaña de apoyo al refugiado "La teua il.lusió, el seu nou inici", la elaboración de un Código Ético y de Buenas Prácticas para el sector hostelero, que deberá complementarse con un plan de formación, o la campaña de concienciación sobre las despedidas 'Vivan los Novios que respetan Russafa'.

Todas estas iniciativas ya han sido puestas en conocimiento de los diferentes partidos políticos durante el último mes. Mediante la ronda de contactos mantenida con los candidatos y candidatas al Ayuntamiento de Valencia, por parte de los colectivos, se ha debatido la importancia y necesidad de iniciar una nueva etapa para seguir promoviendo el diálogo social entre todas las organizaciones.

Un debate clave, señalan, para dejar atrás el clima de enfrentamiento que ha venido lastrando e impidiendo la puesta en marcha de soluciones operativas, creativas y capaces de mejorar la convivencia, la imagen de marca y la calidad de vida en la ciudad de Valencia.