La peregrinación de la diócesis de Valencia que se ha desplazado este fin de semana a Vannes (Francia), donde murió hace 600 años San Vicente Ferrer, ha participado este sábado en una misa en la capilla dedicada al santo dominico valenciano ante su tumba en la catedral de San Pedro, de la ciudad francesa.

La misa ha estado presidida por el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Esteban Escudero, con quien han concelebrado el también obispo auxiliar, monseñor Javier Salinas, el vicario general, Vicente Fontestad, y el deán de la catedral de Vannes, Patrice Marivin, junto con varios sacerdotes valencianos y franceses.

En su homilía, monseñor Escudero ha destacado tres aspectos de San Vicente Ferrer, patrón regional de la Comunidad Valenciana, que son ejemplo para hoy: "fue hombre de Dios, con vocación radical y con fuego interior que le llevaba al anuncio del Evangelio".

Además, como hombre de Iglesia, su fidelidad "estuvo siempre por encima de las relaciones personales como la del Papa Luna", según resaltó el obispo que también reflejó la figura del santo valenciano como "hombre de paz", entre otros motivos, por su papel clave en la resolución del Cisma de Occidente, en el Compromiso de Caspe y en la pacificación de la nobleza valenciana.

La misa ha sido oficiada en valenciano, con momentos también en castellano y traducción al francés. Tras la eucaristía los peregrinos han rezado una oración a San Vicente Ferrer, han cantado el himno al patrón y el himno de la Coronación de la Virgen de los Desamparados.