El más que evidente creciente uso de los patinetes eléctricos en la ciudad de València ha impulsado una forma de desplazamiento por la ciudad mucho más sostenible. No obstante, este hecho también ha generado controversias en los distintos espacios públicos de trabajo o estudio. Muchos de los edificios no dejan que los introduzcan en su interior, pero las zonas de aparcamiento habilitadas en el exterior suelen estar copadas por bicicletas. Así, la Ciudad de la Justicia ha querido sumarse a la iniciativa de la ciudad administrativa de Nou d'Octubre, por lo que la Conselleria de Justicia ha instalado un parking para patinetes eléctricos en el edificio, en uso desde hace una semana.
Esta es la primera sede judicial de València que ha habilitado un parking para estos vehículos dispuesto, en este caso, en el exterior de la sede. El estacionamiento se encuentra dividido en tres bloques con capacidad para un total de 15 patinetes (cinco por cada bloque). También hay otros dos puntos en los sótanos del edificio. El sótano inferior cuenta con dos bloques de aparcamientos con una capacidad para 10 patinetes. Mientras, el primer sótano han habilitado otro bloque para cinco patinetes. Estas zonas de aparcamiento, a diferencia de las que han instalado en el exterior del edifico, son únicamente para el uso de los trabajadores de la sede judicial.
Falta de parking en el campus
La dificultad de encontrar aparcamiento para el patinete se evidenció ayer en el campus de Tarongers. José Ramón Escorihuela, estudiante de Economía, interpuso una queja a la biblioteca por no permitir la entrada del patinete en la misma. Sí reconoce que en la parte baja de la rampa que da acceso a la biblioteca hay instalada una placa que prohibe el uso de estos vehículos, «pero no especifica que no podamos introducirlos en el edificio, ni siquiera plegados», lamenta José Ramón. Este estudiante asegura que, pese a no permitir su entrada en el recinto, «tampoco han habilitado un lugar donde poder dejarlo» más allá del parking de bicicletas que «no garantiza la seguridad de los vehículos». Así, considera que «es una prohibición totalmente injustificada» pues «un patinete debidamente plegado y transportado sin que toque el suelo no daña las instalaciones ni molesta a los demás usuarios».
