Los colectivos ciudadanos Russafa Veïnal y la Plataforma per Russafa aprovecharon la mayor receptividad de los políticos durante la campaña electoral para lanzar una batería de propuestas para este barrio convertido desde hace unos años en zona de ocio y residencial de moda. Piden al ayuntamiento que aborde con urgencia el problema de el incremento de los precios de la vivienda impulsando un nuevo modelo de vivienda que evite la gentrificación del barrio y declarando Russafa «zona turísticamente saturada».
En materia de dotaciones, los vecinos reclaman la recuperación del Parque Manuel Granero, un proyecto aparcado «sine die» por el ayuntamiento, unas instalaciones deportivas y culturales en una de la naves de Demetrio Ribes del Parc Central, la reforma del Instituto San Vicente Ferrer y la construcción de un centro de día para mayores dependientes. Así mismo, reivindican la cesión del muelle 4 del Parc Central a la ciudadanía y rechazan que este espacio se convierta en un nuevo espacio para la hostelería y el consumo, como está previsto.
En materia de movilidad piden la reconexión peatonal del eje Mercado-Parc Central. Los vecinos piden rapidez ante el avance del barrio hacia un espacio sin identidad y plegado al turismo.
