Ciclistas, personas con movilidad reducida y usuarios de patinetes, entre otros, tomaron ayer el centro de València para reivindicar los beneficios de este medio de transporte sostenible y celebrar los avances que se están produciendo hacia «una ciudad más inclusiva, saludable, segura, amable, libre y accesible».

La convocatoria era a las 11 de la mañana, en el Paseo de la Alameda a la altura del puente de la Exposición. Allí centenares de personas se reunían para exigir que el «cambio tímido» (pero «efectivo») que ha iniciado la ciudad de València en cuanto a la movilidad sostenible continúe por la dirección adecuada y haga oído sordos a las reticencias de según qué partidos políticos en cuanto al cierre de algunos carriles bici. «Ni las noticias alarmistas y sensacionalistas en algunos medios de comunicación ni las actitudes y discursos reaccionarios de algunos partidos políticos podrán frenar esa transformación positiva y necesaria de València», señalaron los organizadores de la «bicifestación», València en Bici, ante una explanada abarrotada de personas que creen que otro tipo de movilidad, más allá del vehículo a motor, es posible.

Como Aureli Silvestre. Ayer acudía a la manifestación con su pareja e hijos como una forma de inculcarles esos valores que él practica a diario. «Uso la bicicleta para llegar allí donde las piernas no me llegan», señala. De hecho reconoce que esta es su primera opción a la hora de moverse por la ciudad: «Llego más rápido y no me tengo que preocupar por aparcar». Apunta, por tanto, que las reticencias creadas entorno a la habilitación de carriles bici en la ciudad se debe a la «falta de comprensión». «La aceptación es más rápida de lo que seguramente se nos quiere transmitir desde algunos partidos políticos que están intentando hacer una bandera política de esto, aunque tampoco les esté funcionando», señala.

También las personas con movilidad reducida que allí había advertían sobre las facilidades que la habilitación de carriles bici y ciclo calles les había dado a la hora de moverse por la ciudad. Consuelo Molins, de hecho, reivindicaba cómo para ella había sido un avance «muy grande». «Antes de las últimas modificaciones o ibas atropellando peatones, lento, o compartiendo espacio con coches a alta velocidad». Así, Elíes Soler reconocía cómo su «calidad de vida ha mejorado mucho» desde entonces.

En cualquier caso, defendieron ayer, «nuestra preocupación y exigencias van mucho más allá de los carriles-bici: reclamamos, una vez más y como llevamos haciéndolo desde hace 30 años, una ciudad que favorezca cada vez más la movilidad activa, con la mejora de las condiciones para caminar por la ciudad. En la agenda de quienes gobiernen Valencia en los próximos cuatro años la seguridad y comodidad de los peatones deberá ser una prioridad, como también lo deberá ser mejorar el transporte público».